A la consagración como campeona en el Mundial en Qatar, la Finalíssima en Wembley y la Copa América en el Maracaná, la selección argentina de fútbol deberá agregarle una nueva página dorada a su rica historia reciente. Este martes, le ganó 1 a 0 Brasil el clásico por la sexta fecha de la etapa clasificatoria rumbo al Mundial de Estados Unidos, Canadá y México 2026, y le sacó su invicto como local en toda la historia de las Eliminatorias Sudamericanas.

Nicolás Otamendi, de cabeza, a los 17 minutos del segundo tiempo y tras un centro de Giovanni Lo Celso desde un córner, le dio el único gol a los dirigidos por Lionel Scaloni, protagonistas de un nuevo Maracanazo, el mote que se ganó la histórica victoria de Uruguay sobre Brasil en el Mundial de 1950. En este caso, un Maracanazo del nuevo milenio y en un escenario ya conocido en el laureado presente de la Argentina: allí también dio la vuelta olímpica del máximo certamen continental de selecciones en 2021 y cortó una racha de 28 años sin títulos con la selección mayor.

La Albiceleste protagonizó un duelo caliente en Río de Janeiro, donde el inicio se demoró media hora por serios disturbios en las tribunas entre la policía local y los hinchas argentinos, víctimas de una nueva brutal represión. La ilógica idea de mezclar a hinchas locales con visitantes derivó en discusiones por cánticos y banderas, que luego desembocó en la violencia policial.

Los jugadores argentinos, encabezados por Lionel Messi, decidieron intervenir para evitar más agresiones de los efectivos de seguridad contra la parcialidad visitante. Entre ellos se destacó la figura de Emiliano Dibu Martínez, que evitó golpes tomando algún bastón de la policía. Luego de esto, el propio Messi retiró al equipo a los vestuarios con el gesto de “nos vamos”, ante la falta de garantías.

El seleccionado argentino se retiró de la cancha tras serios incidentes entre la policía local y los hinchas visitantes en las tribunas.

La represión policial demoró el inicio del clásico entre Brasil y Argentina en el Maracaná

Media hora después regresó el equipo argentino para jugar el partido y evitar lo que sucedió la última vez que la Albiceleste visitó a la Verdeamarelha -suspendido por el ingreso de agentes de seguridad al campo de juego, en plena época de Covid-19 y las restricciones por el ingreso de personas desde Europa a ese país-.

Una vez que los equipos se pusieron de acuerdo para jugar el partido, la pelota comenzó a rodar pero poco, porque el trámite estuvo signado por las infracciones y la pierna fuerte. La Albiceleste pisó pocas veces el área de Alisson y, salvo un remate de media distancia de Alexis Mac Allister, casi no generó chances de peligro.

Por su parte, Brasil tuvo las dos oportunidades más claras: un tiro libre de Raphinha y un disparo de Gabriel Martinelli (que el Cuti Romero salvó con lo justo en la línea). Lo mismo fue en el inicio del segundo tiempo: avisó nuevamente con remates de los dos delanteros (en una, Dibu brilló con una gran atajada).

Argentina se acercó muy pocas veces al arco de Alisson, pero golpeó en su chance más peligrosa: Nicolás Otamendi ganó de cabeza tras un córner y abrió el marcador a favor de la selección argentina en el Maracaná.

Argentina resistió en lo que quedó del encuentro y encima Brasil se quedó con uno menos por la expulsión de Joelinton, quien vio la roja por golpear a Rodrigo De Paul a los 35 minutos.

Finalmente, fue victoria para la Albiceleste, en medio de un infierno en el Maracaná: el equipo de Lionel Scaloni se recuperó, consiguió otro histórico triunfo y termina el 2023 como líder de las Eliminatorias rumbo al Mundial 2026. Por su parte, Brasil profundizó su crisis: quedó sexto tras su tercera derrota consecutiva, en un contexto sin precedentes para la Verdeamarela.