Jorge Riani
Un análisis caso por caso. La mirada del pasado político de cada uno de los candidatos a diputados que integran las cuatro listas principales permite advertir la inusualidad de este tiempo político. Tiempo en que las barreras partidarias se han roto para ver una migración de dirigentes asombrosa. El peronismo dividido generó esto y mucho más en el ámbito de la vida política entrerriana. Tres cuartas partes del universo de 60 nombres tienen identidad peronista, por ejemplo. Lo que sigue es un mapa para conocer quién es quién entre los futuros diputados provinciales y qué se puede esperar de su desempeño futuro.
El peronismo oficialismo y el peronismo oposición. Ese es el principal logro y la inequívoca consecuencia que ha producido en Entre Ríos la prolongación de una contienda interna que nunca cerró. De los 60 nombres que integran las grillas de candidatos a ocupar bancas en la Cámara de Diputados, más de tres cuartos son de extracción justicialista. El resto está integrado por radicales y militantes de expresiones que se sostienen casi como vestigios de terceras fuerzas que sobrevivieron primero a la tradición bipartidaria y ahora a la peronización de casi todo el espectro político entrerriano.
A este último fenómeno le sucede el de la migración de dirigentes entre las distintas fuerzas políticas, que ha derivado en una situación llamativa, con visos de paradoja y que se expresan en la conformación de la actual Cámara de Diputados provincial.
Radicales que migraron a la Concertación Entrerriana, dirigentes de la Concertación Entrerriana que se hicieron bustistas y otros que se hicieron independientes, radicales que se hicieron solanistas y hasta una diputada que llegó con un dirigente paranaense y hoy se presenta con el archienemigo político de su ex referente. En la cámara política de la Legislatura las cosas están dadas vuelta, y esa es la expresión elocuente del tembladeral que provocó la división del partido mejor posicionado para las elecciones del domingo 18 de este mes, cuando se elija gobernador para el séptimo período de gobierno una vez terminado el funesto período de dictadura.
Las aguas se dividieron en el partido del oficialismo y esto también deriva en una situación llamativa que se expresa en las grillas de candidatos a diputado de los cuatro principales partidos políticos entrerrianos.
Lo que sigue es un repaso por las listas de las que saldrán los nombres para ocupar los 28 escaños de la Cámara de Diputados. Es un repaso por la trayectoria política, profesional y un adelanto sobre el nivel de incidencia que tendrá en la vida institucional para el próximo período de gobierno.
Frente Justicialista para la Victoria
Jorge Busti. La figura de quien fue tres veces gobernador de Entre Ríos, dos veces intendente de Concordia, legislador nacional y ministro de Gobierno de la intervención en Santiago del Estero ocupando una banca de diputado provincial es un cuadro que aún cuesta imaginar. Cabeza de lista, la inclusión de Busti en la boleta es un intento de tracción de abajo hacia arriba y la expresión clara de una necesidad oficialista por sumar votos para Sergio Urribarri en su camino a la Gobernación. El acceso al escaño legislativo convertirá a Busti en el único entrerriano con continuidad en la función pública de relevancia desde que llegó la democracia en 1983. Quienes conocen los planes de acción como diputado aseguran que el actual gobernador está plantando bandera para tratar de conducir desde la Cámara de Diputados parte del rumbo en la gestión en caso de ganar su delfín y ministro político la Gobernación. Y si así no fuera, con más razón, Busti intentará incidir con fuerza en las decisiones, y para eso estaría dispuesto a reclamar la presidencia de dos comisiones clave: la de Asuntos Constitucionales y Acuerdos y la de Presupuesto y Hacienda. Con una puede influir decisivamente en la suerte de los jueces y funcionarios judiciales, y con la otra podría llegar a establecer puntualmente qué dinero va para qué, si es que no se decide dar luz verde, como los actuales legisladores oficialistas le dieron a él, para el gasto de no pocas partidas presupuestarias. Todo indica que esta vez esta situación no ocurrirá.
José Allende. Se trata del hombre que compró un sindicato y desde allí construyó el poder que le ha servido para sentarse a negociar con los tres hombres que ocuparon el principal sillón del Poder Ejecutivo desde que llegó la democracia. Sus contrincantes de la Asociación Trabajadores del Estado le cuestionaron -en años anteriores- haber negociado con Mario Moine la lista de despidos de la Ley 8.706. Pero con la imagen de bustista consumado, ahora se dispondrá a ser una de las espadas fuertes en el período que se inicia en diciembre próximo. Ya es diputado provincial, y como tal arrastra un gran fracaso para el oficialismo: nunca logró que la pretendida reforma de la Constitución prospere en la Cámara de Diputados, pese a ser el responsable delegado para tal fin. Quienes lo conocen afirman que su interés es convertirse en diputado nacional antes de terminar el mandato próximo. Eso no quita que quiera convertirse en el presidente de la Cámara de Diputados provincial, aunque Busti podría tener otros planes.
José Cáceres. Es un dirigente que nació del riñón político del recordado líder del peronismo paranaense Luis Pacha Rodríguez. Actualmente es presidente del Instituto Autárquico Provincial de la Vivienda y será diputado como resultado de su fidelidad al gobernador Busti. Esta actitud también es la que lo llevó a renunciar a dar batalla por la Intendencia de Paraná, que es el sueño que lo desvela. Para esto sostiene toda la construcción de su creador político, como la Fiesta del Mate, un encuentro popular pensado como emergente para construir un liderazgo en Paraná. Es presidente del Club Atlético Paraná y en términos de antecedente político tuvo algún cargo en la esfera nacional durante el mandato de Eduardo Duhalde. Si la lista oficialista gana, no pasará inadvertido al momento de elegir presidente de la Cámara.
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