Valentín Bisogni
(desde Concepción del Uruguay)
El reconocido periodista y escritor rosarino Carlos del Frade presentó días atrás en Concepción del Uruguay su nuevo libro, Perón, la Triple A y los Estados, donde enfoca su mirada a lo que ocurrió en el interior del país. En diálogo con ANALISIS intenta explicar por qué molesta tanto que se investigue y debata sobre la organización paramilitar creada por López Rega desde el corazón del gobierno peronista.
“Investigar la Triple A supone investigar la relación entre sectores del gremialismo, del poder económico, de las policías provinciales, de la Policía Federal, todos vinculados a los Estados nacional, provincial o en algunos casos también municipales de distintos lugares, así que eso implica el reciclaje de mucha gente e implica no investigar el pasado sino investigar el presente de esa gente”, arranca diciendo Carlos del Frade. “Por eso embroma tanto investigar la Triple A, porque abre la posibilidad de ver cuántos civiles estuvieron involucrados en lo que fue el prólogo del golpe de Estado”.
-Muchos historiadores dicen que la historia no se repite, pero que se le parece… Cuando la detienen a Isabel Martínez de Perón en España, el primer abogado que se ofrece para defenderla es Eduardo Duhalde. ¿Te llamó la atención o era de esperar?
-A mí me parece que es inocultable. Además, Duhalde anticipaba un poco este relanzamiento público en estos días como para enfrentar al kirchnerismo. También para la cuestión de la Triple A, para que no se discuta públicamente el rol de Perón en esto. A todos en Argentina nos da la sensación de que la señora María Estela Martínez de Perón, más allá de lo que haya firmado, porque firmó muchos documentos que tienen que ver con el armamento de la Triple A, que eso está demostrado en la causa del juez Oyarbide; todos tenemos la sensación de que ella era en realidad una marioneta de distintos poderes y que en realidad lo fuerte es discutir ¿Por qué Perón impulsa eso? ¿Por qué lo deja hacer? Más allá de la responsabilidad concreta de López Rega. ¿Por qué ese Perón hizo eso? Ésa es la discusión que falta en la Argentina y que muy pocos se animan a hacerla por el peso de una figura múltiple, de tantas caras como la de Perón, pero esa discusión hay que darla.
-¿Pensás que por los avances sociales del Perón de los ‘40 se resigna la mirada sobre el Perón de los ‘70?
-Sin duda es así. El propio Perón lo dice: “Los malos que me siguieron me hicieron mejor”. La primavera de Cámpora y los primeros meses de Perón son de una inflación equilibrada y con una torta distributiva donde el 45 por ciento iba para los trabajadores. Eso es inigualable, no se dio nunca más en el país, entonces hay una especie de manto sagrado que no hay que atravesar. Pero necesariamente hay que discutirlo porque si no, no podemos discutir la raíz de lo que fue el golpe de Estado. Y por más que le duela al pueblo peronista, Perón tiene una directa relación con lo que fue para mí la emergencia del Estado ilegal que siempre está presente en la Argentina especialmente desde el año 1966, una hipótesis de conflicto que atraviesa el Estado Nacional y los Estados provinciales que no ha sido tocada. Incluso, el menemismo agitaba la idea de que con un gran índice de desocupación se tenían que preparar los integrantes de las fuerzas de seguridad para reprimir estallidos sociales. Era la misma hipótesis de conflicto de los años ‘70. Por eso digo la emergencia que tiene esto es que cuando lo matan a (José Ignacio) Rucci, Perón toma en cuenta esto y lo impulsa. Ese Perón de 1973 sigue hablando del pueblo, sigue hablando del tercer mundo, del modelo argentino para el futuro y es también el Perón que inicia una represión feroz en la Argentina. Y esos son hechos, la cuestión es discutir esta multiplicidad de Perón que existe.
-¿Qué paralelismo hacés entre aquel Perón de doble discurso y este Kirchner que, como lo simplificó Luis Juez, pone el guiño para la izquierda pero termina doblando a la derecha?
-En parte tiene razón Juez… pero no hay punto de comparación entre Kirchner y Perón. Porque efectivamente las cifras de la distribución de la riqueza durante el gobierno de Perón no tienen nada que ver con las actuales y además porque durante el peronismo siempre el Estado Nacional tenía presencia, tenía YPF, Gas del Estado, tenía los teléfonos, los ferrocarriles y Kirchner lo que hace es lo mismo que hizo Menem, garantizar la privatización de los patrimonios paridos y acumulados por varias generaciones de argentinos al servicio del interés de unos pocos. Esto es lo más triste, especialmente para muchos sectores progresistas y peronistas de muy buena fe que confían en Kirchner pero que a la hora de contrastar lo que pasa con los recursos naturales y los recursos de subsuelo con el artículo 40 de la Constitución peronista de 1949 ahí notás las enormes diferencias. Kirchner, como termina diciendo (Horacio) Verbitsky, que es kirchnerista, se está refugiando en lo peor del último movimiento popular que le queda a la Argentina, que es hacer alianza con lo peor del sindicalismo, con lo peor de la clase empresaria.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)
