Por Martín Carruego
(especial para ANALISIS)
“Pónganle una ficha a este intendente”, dicen que se le escuchó decir el domingo a la noche a Fuertes en la casa del Partido Justicialista, rodeado de militantes y luciendo la camisa roja que utiliza como amuleto en cada elección.
El jefe comunal de Villaguay estaba contento, pero no exultante. Soñaba –y lo dijo públicamente en declaraciones al diario El Pueblo- con alcanzar un porcentaje mayor de los votos. Aspiraba a una victoria que lo diferenciara del resto y lo catapultara, casi indefectiblemente, a la escena provincial.
Pero se tuvo que “conformar” con un 48,6 por ciento, una cifra que, pese a estar lejos de sus anhelos, igualmente le alcanzó para ubicarse segundo en la única tabla de posiciones que le importaba: la que mide el desempeño del peronismo en las ciudades entrerrianas que pueden llegar a colocar dirigentes en la fórmula, dentro de dos años.
La primera ubicación le correspondió a Concordia, donde el PJ logró el 57 por ciento de los votos. Pero el villaguayense se ocupó rápidamente de reacomodar las cosas a su favor. “Sí, Concordia logró el mejor porcentaje, muy buena elección hizo el Pato”, le respondió con ironía a Página Política, cuando le preguntaron al respecto. De esa forma, ninguneó a su par Gustavo Bordet.
“Lo que pasa es que nos estamos acostumbrando a ganar por mucha diferencia”, se conformaban los militantes en la sede del PJ local. Fuertes había sacado en 2011, peleando su reelección como intendente, casi el 70 por ciento de los votos. Esta vez no estaba en juego su gestión, aunque sí su figura, ya que fue el único intendente entrerriano al que el gobernador Urribarri le encargó la coordinación de la campaña en su propio distrito.
(Más información en la edición impresa de ANALISIS del 15 de agosto de 2013)