A.M. y P.R.
Fue un año inolvidable para el deporte entrerriano. Sin dudas que dos sucesos se destacan del resto, aunque sabido es que varios deportistas Panza Verde inscribieron sus apellidos en distintas disciplinas, en el orden individual y también colectivo.
El año que se extingue prácticamente no tiene competiciones en las dos semanas que quedan, por lo tanto el balance final dirá que lo más destacado fue el ascenso de Patronato a la Primera División del fútbol argentino. También la coronación de Omar Martínez en el Turismo Carretera.
Después de casi tres décadas, El Rojinegro volverá a codearse con los mejores clubes del país, por caso Boca, River, San Lorenzo, Racing, Independiente, Rosario Central o Newell’s, solo por citar algunos de los 30 elencos que forman parte de la elite.
El camino que recorrió El Santo fue largo y extenuante. Se trató de una temporada que duró prácticamente un año, que comenzó allá por febrero y culminó en la primera semana de diciembre. En un recorrido arduo y complicado, el elenco paranaense se mantuvo en los puestos de vanguardia a lo largo de la mayor parte del certamen. Sin embargo, en las últimas fechas sufrió un bajón y las nueve unidades que le llevaba a Atlético Tucumán, a la postre campeón, no fueron suficientes para alzarse con el asenso directo al círculo máximo del fútbol argentino.
Entonces, para que la historia fuera más parecida a una epopeya, Patronato tuvo que ir a un Cuadrangular por el segundo ascenso. En la semifinal dejó en el camino a Instituto de Córdoba, casi sin complicaciones; ya en la definición batalló con otro de los animadores a lo largo del campeonato: Santamarina de Tandil (dejó en el camino a Ferro Carril Oeste).
(Más información en la edición gráfica número 1035 de ANALISIS del 17 de diciembre de 2015)