Claudia Martínez
(Especial para ANÁLISIS)
El aviso comercial que se escuchaba en las radios, decía: “Juan Pac te espera en su atelier…”. Tal cual. Detrás de unas puertas vidriadascon su marca, sobre calle Ayacucho, las escaleras alfombradas llevan a un gran salón rodeado de espejos y una barra donde Juan atiende a su devota clientela.
“Acordate que ésta era una zona bastante difícil para nosotros, estábamos lejos de los bulevares. Los que vivíamos lejos de ahí, éramos de palo. O sea,éramos de barrios emergentes. Yo siempre dije `si algún día llego a triunfar, lo voy a hacer mi propia casa´, comienza contando.
“Esta peluquería empezó siendo en mi dormitorio, en mi casa. Empecé haciéndolo con una cortina; el sofá cama donde yo dormía -que lo tengo todavía de recuerdo en el quincho- lo tenía para que la gente se sentara. Tenía una silla, un espejo y una jarrita de aluminio”, detalla para decir que su comienzo fue sencillo, como cualquier otro.
“Fui reformándolo de a poco”, dice mientras se ubica en uno de los sillones. Ahora el salón luce remozado, con muchos espejos y escaleras un lugar donde las novias tienen un salón. Está por inaugurar un salón de hombres en la parte inferior de la casa, para completar los pisos y darle aún más comodidad al lugar.“A su vez, en la parte de la arriba donde siempre van las novias está la oficina de la Federación de Peluqueros que yo presido”, detalla.
“A la Federación Entrerriana de Peluqueros se adhieren todas las peluquerías de la provincia. Nosotros le damos la matricula profesional como dice la ley, porque no sé si sabés que Entre Ríos es la única provincia en la Argentina que tiene la ley que convierte el oficio de peluquero en profesional.Y a veces me da trabajo. A esta profesión algunos la respetan y otros son más papistas que el papa. No saben que una ley da igualdad de oportunidades a todos”, reflexiona sobre su rol en la Federación.
Juan tiene 70 años, lo que indica que más de la mitad de su vida estuvo dedicada a la tarea de ser peluquero.
—¿Dónde estudiaste?
—Estudié en Buenos Aires,con Bruno Boval, el peinador de las estrellas, quien maquilló a los artistas argentinos en la etapa gloriosa del cine nacional.Era el peinador de las estrellas. Yo me fui a estudiar teatro y estaba en la boardilla del teatro, que cuidaba y limpiaba. Una vez llegó un señor muy mayor con Elsa Daniel, Gilda Lousek y María Aurelia Bisutti. Me preguntó qué hacía yo y le dije que trabajaba ahí, que me gustaba el teatro. Y él me dijo: “en la vida hay dos profesiones, la que puede darte definitivamente de comer y la que podes hacer por hobby.Si vos querés yo te puedo enseñar para que tengas toda la vida trabajo”. Pasó un tiempo, unos seis meses, y un día por calle Callao veo un cartel que decía “Bruno Boval”. Y en esos avances que tiene la juventud dije:“me meto”. Me metí ypedí hablar con él. Esperé tres horas y me mandó a buscar con un auto espectacular.Llego a su casa y él estaba con su madre y su hermana. Les dijo:“yo quiero que me lo prepares a este chico, porque quiero verlo dentro de siete meses”.
(Más información en la edición número 1048 de la revista ANALISIS del jueves 6 de octubre de 2016)
