Tras conocerse que el Poder Ejecutivo Municipal había ejecutado más del 86% del Presupuesto 2019 al mes de abril, comenzó la incertidumbre sobre el futuro de los distintos frentes de obra abiertos en la capital provincial. De hecho, esa incertidumbre tiene un argumento más que válido: están vencidos los certificados de obra correspondiente al mes de mayo y está al caer el vencimiento de los de junio. Esto afecta tanto a empresarios como trabajadores y reina la incertidumbre en el sector por la continuidad de las fuentes laborales. 

Según supo Cuestión de Fondo (Canal 9 Litoral) el objetivo de las empresas y el gremio de la Uocra es lograr establecer una readecuación del plan de obras y de este modo, bajar el ritmo sin que se frenen los proyectos. Para esto es necesario que el Municipio conteste a los sectores un pedido de información respecto al presupuesto con el que contará el Municipio de acá al 10 de diciembre. Es decir, quieren saber con cuánta plata se contará para poder armar el plan de contilgencia.

El problema es que ante el no pago del mes de mayo, hay empresas que están menos holgadas que otras a la hora de sostener las obras en las que están trabajando. El grupo empresario que tiene a cargo la megaobra de la Peatonal San Martín (Szczech, Caballi y Cemyc) no ha paralizado sus trabajos, pero ya saben que el presupuesto se reducirá a un tercio del financiamiento. Esto va a implicar, sin dudas, en un recorte al personal. 

El presupuesto original de la megaobra de la peatonal era de 240 millones de pesos. Pero el propio Varisco, a pocos meses de comenzada la obra, fue el que reconoció que por la inflación el costo se había duplicado. Es decir, si el ritmo de obra disminuye esto repercutirá en el costo que pagaremos los paranaenses en un futuro por una obra que costará mucho más caro de lo que costaba al inicio. 

La necesidad de los barrios

En el otro extremo de las prioridades, también corren riesgos los planes de obra del Porgrama de Mejoramientos de Barrios (Promeba). Se trata de un programa que se relanzó en abril, en el marco de la campaña, y que contaba con un presupuesto inicial de 500 millones de pesos. La obra está a cargo de la empresa OICSA y lleva adelante un plan que incluyó reformas en los barrios Las Flores, Villa María, Humito y otros más. Se proyectó mejoras en trazas viales, pavimentación, sistemas de desagües pluviales, tendido de redes cloacales, iluminarias, canalización de arroyos, estabilización de barrancas, equipamiento urbano, entre otras reformas. En este caso, además de los empresarios y los trabajadores, quienes tienen la incertidumbre son los vecinos que necesitan con urgencia que el Estado les mejore las condiciones de vida de manera urgente. 

El plan de bacheo que bajó la intensidad

A fines de marzo el intendente anunció un plan intensivo de bacheo en Paraná. Eran una serie de licitaciones que buscaba mediante distintos métodos de contratación, reparar calles en 15 barrios de la capital provincial. Los proyectos incluían a distintas empresas (Norvial, Constructora Daniel Baron y Cabrol), pero también estaba previsto un plan a través de lo que se llamó esfuerzos compartidos, donde los propios vecinos iban a financiar un 25% de la obra. SIn embargo, esta idea se disolvió ante la decisión de Varisco de hacerse cargo de la parte que le tocaba a la comunidad. 

Uno de los planes incluídos en este anuncio era una inversión de 120 millones de pesos con cuatro meses de ejecución a cargo de las empresas Lossi y Demartín. 

El no pago del mes de mayo repercute de manera distinta en los empresarios, que según sus espaldas y la magnitud de las obras en cuestión, afrontan de mejor o peor manera el desfinanciamiento. Por ejemplo, la empresa Barón decidió paralizar las obras de 60 cuadras que tenía a su cargo por la falta de pago por parte del Municipio. No quieren financiar el desmanejo del Ejecutivo, además de que -según argumentaron- no cuentan con la capacidad para sostener de manera holgada esta situación. La deuda que tienen desde el Ejecutivo alcanzará los $11 millones cuando venza el certificado de junio. 

Las obras comenzaron el 1º de mayo y se estaban cumpliendo con la curva de avance pero por esta situación decidieron paralizarla. "No sabemos si tenemos que comprar materiales porque no sabemos si lo vamos a utilizar", explicaron. Además, el trabajo realizado corre riesgos de tener que ser reacondicionado nuevamente ante la parálisis de la obra.