Por Fernando Barraco Marmol (*)
Como he dicho anteriormente, esto también es un informe meramente técnico y de visión personal, sin tener ninguna consideración de política partidaria. Veamos primero de que se trata el BCRA, cuáles son sus funciones, que las tiene por Ley desde su creación.
Es un ente autárquico que se maneja a sí mismo (debería ser así sin interferencias) y su capital es propiedad del Estado argentino, o sea el ahorro de generaciones que nos precedieron.
Sus funciones:
Esas son algunas de las funciones, entre otras. Son servicios sumamente importantes. ¿Todo esto vamos a privatizar? ¿Qué pasó?
Actualmente sucesivas administraciones lo manejaron pésimamente y parece, o eso quieren hacernos creer, que su funcionamiento es una carga para el país.
¿Sucede esto de casualidad? No lo sé. Pero si privatizamos el BCRA, sucedería esto:
Argentinos: ¿Cuál es la solución entonces?
El BCRA debe seguir en la órbita nacional y el capital debe ser nuestro capital y propiedad, pues nuestros abuelos aportaron para ello a través de sus impuestos.
Debe ser conducido por los mejores técnicos y profesionales que tiene el país.
No debe responder a ningún interés político partidario circunstancial
Debe tener acordada una línea financiera de desarrollo nacional independiente, que debe ser mantenida en el tiempo.
Todos debemos entender que su funcionamiento corresponde a los más altos intereses nacionales porque si no, “nos devoraran los de afuera”.
Hoy ha sucedido que, estando tan mal administrado, se sugiere que es necesario privatizarlo y hasta eliminarlo, o aprovechando su mal funcionamiento consuetudinario y pésimo balance ¿ha sido casual esto? No lo sé.
Tampoco es correcto eliminarlo como algunos proponen ¿Quién se haría cargo de sus importantes e indispensables funciones? ¿Papá Noel?
Concluyo:
Debe existir y ser propiedad de todos los argentinos, el problema es su administración y eso se soluciona con los mejores técnicos y profesionales apartidarios, que sigan una línea nacional y no modifiquen las líneas generales por el gobierno de turno y cuya labor sea extendida en el tiempo, no removidos cuando cambia el gobierno de turno.
Evidentemente no es fácil hasta que todos nos demos cuenta que el interés común debe ser respetado porque estamos todos involucrados.
Agradezco al editor y al lector el tiempo invertido, mi interés es que sólo reflexionemos. Y como dijo una vez Ortega y Gasset “argentinos a las cosas”.
(*) Contador.