Trabajan por activar de inmediato el Comité de Cuenca del arroyo Las Tunas.
Por Daniel Tirso Fiorotto (*)
“Tenemos que buscar soluciones rápidas mientras estamos con vida, yo no sé cuánto más voy a vivir”, reflexionó la veterana vecinalista de Paraná, Alicia de Glauzer, y le preguntó al funcionario que tenía enfrente: “¿Y vos cuánto más vas a vivir?”.
La carcajada fue unánime en la Secretaría de Ambiente de la provincia, y animó un diálogo provechoso y sincero que se extendió dos horas y siguió la semana siguiente en una visita a la cuenca del arroyo Las Tunas, a metros del puente Balbín de la Ruta Nacional 12.
El tema: la contaminación de los cursos de agua en el Gran Paraná, las obras inconclusas, el agua potable de la capital entrerriana, la constitución de un Comité de Cuenca. Y en verdad que la lucidez y la experiencia asamblearia de Alicia de Glauzer avivó el interés de todos y rompió con las desconfianzas.
Cuando algún funcionario recordó que anunciaban una semana lluviosa y no se podía dar fecha para visitar los arroyos, por el clima, Glauzer aprovechó un resquicio y propuso: “Pongamos fecha y si hay mal tiempo, la movemos”. A la semana siguiente, todos reunidos bajo un sol que partía, a la vera del arroyo.
Cuando de ecología y obras millonarias se trata, el ambiente se tensa. Alguien comunicó que un intendente no podía recibir a los vecinalistas ese día porque se había muerto la suegra. Sobre el pucho, Glauzer con un chiste de los de antes, políticamente incorrecto, y entre risas disimuladas el diálogo volvió a fluir.
Cinco jurisdicciones
Las Tunas corre en la intersección de las municipalidades de Paraná, San Benito y Colonia Avellaneda. Sobre la salud de la cuenca tienen responsabilidad las tres comunas, y los estados nacional y provincial.
La visita del martes al mediodía de una docena de funcionarios provinciales y de los tres municipios, más los vecinalistas de Paraná y Colonia Avellaneda, logró unir criterios en una idea central: activar de inmediato el Comité de Cuenca del arroyo Las Tunas y poner manos a la obra.
Con buena onda, grupos de vertientes distintas, con roles diversos, con responsabilidades y posiciones por ahí enfrentadas, pudieron conversar en armonía y avanzar por consenso. Fue Alicia de Glauzer una de las promotoras. Ella visitó los arroyos previamente con otros asambleístas, vio las toneladas de plásticos, gomas, chapas cubriendo el pelo de agua, y ya en la reunión primera resumió la situación, en pocos minutos. Precisa, firme y con humor. “Hagan algo porque, si no, tendremos que decir que no hacen nada; es lo que uno dice después”, les anticipó con la mejor sonrisa. El que avisa no traiciona.
Clara y auténtica, sin medir palabras por conveniencia, Glauzer y los demás miembros de la Asamblea que lleva tres décadas en la defensa interesada de los bienes y los servicios comunes en Paraná (y tiene sede en el barrio Santa Lucía), trataron en esas horas los graves problemas del transporte público, el parque costero, la educación… Carta aquí, reunión allá, vida comunitaria, al fin, donde la vida comunitaria es resistida porque propone, molesta, interroga, reprocha…. y hace chistes.
Huele a podrido
Las autoridades recorrieron el arroyo Las Tunas, del departamento Paraná, junto a vecinas y vecinos, para constatar la contaminación extrema que padece con residuos sólidos, cloacales e industriales.
Allí pudieron apreciar los caños de gran diámetro con gruesos chorros de desechos domiciliarios crudos, los olores nauseabundos, las cámaras de hormigón destruidas, las piletas de decantación en desuso y construidas a medias, y como si fuera poco se presentó un camión atmosférico a volcar el contenido en un zanjón en las narices de los funcionarios: ese fue el panorama que encontraron los visitantes.
La sintonía era tal que el abogado Osvaldo Fernández, director de Gestión ambiental del agua, advirtió solo que estaba proponiendo análisis químicos del arroyo para constatar la contaminación por las cloacas, cuando las tenía a la vista. Entonces admitió, con una sonrisa, que el otro estudio, de los barros, sería más importante porque podía detectar la presencia de metales y otras sustancias riesgosas, si durante muchos años el arroyo fue el canal de desagüe de algunas empresas del Parque Industrial.
Todos a una
“—¿Quién mató al Comendador? —Fuenteovejuna, Señor. —¿Y quién es Fuenteovejuna? —Todos a una”. El diálogo de Lope de Vega sirve para pensar la contaminación de la cuenca. Allí se detectan distintas fuentes a través del tiempo, y actuales. Pero lo cierto es que también simboliza la solución posible: todos a una. Y eso es lo que buscan los vecinos del barrio Los Zorzales de Colonia Avellaneda, que hace un año ya fogonearon la Comisión Pro Comité de Cuenca de Las Tunas, y propusieron que se podía revertir el proceso por consenso, gastando las energías más en cuidar y limpiar los arroyos que en los reproches mutuos.
La secretaria de Ambiente, Rosa Hojman, el titular de Hidráulica, Oscar Pintos, el director de Áreas Protegidas, Pablo Aceñolaza, y el director de Gestión ambiental del agua, Osvaldo Fernández, coincidieron en el lugar y expresaron a los vecinos la necesidad de que el Comité de Cuenca creado hace cinco meses se reúna y se aboque al asunto. Claro que las inversiones necesarias son por ahora una incógnita.
Durante la caminata estuvieron presentes más funcionarios y funcionarias provinciales y de las municipalidades de Paraná, San Benito y Colonia Avellaneda; y vecinos de Los Zorzales, junto a Alicia de Glauzer y Clelia Zapata, de la Asamblea Ciudadana Vecinalista de Paraná. Esa entidad había sido recibida la semana anterior por los funcionarios provinciales en la sede de la Secretaría de Ambiente de la calle Laprida.
En las dos reuniones los funcionarios prometieron realizar análisis inmediatos y agilizar la constitución del Comité de Cuenca. Ese organismo depende del Consejo Regulador del Uso de Fuentes de Agua -Corufa-. Su presidente, el secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca, Raúl Boc Ho, participó del encuentro con los vecinalistas en Paraná y anticipó que la reunión del Corufa para tratar este caso es inminente. A él se refirió Alicia Glauzer cuando preguntó por los años de vida que les restaban a ambos. Boc Ho respondió entonces con buen humor y admitió que la contaminación de los arroyos es una constante también en otros departamentos. Los problemas con el uso del agua generan “miles de expedientes”, dijo, y no siempre han sido tratados con celeridad.
El abogado Osvaldo Fernández, por su parte, explicó que están trabajando en problemáticas similares a la de Las Tunas, empezando por el arroyo Perucho Verna de la zona de Villa Elisa, en un área natural protegida.
La presencia de diversos especialistas obra al modo del abordaje interdisciplinario, aunque con cierta informalidad. Alguien propuso, por caso, cavar un atajo en Las Tunas para evitar cierto estancamiento de las aguas y el biólogo Aceñolaza advirtió que los meandros son naturales, y la intervención puede provocar una aceleración del escurrimiento, con otras erosiones imprevistas.
El cartel mentiroso
La ley provincial de comités de cuenca fue promulgada en 2007, y desde entonces no se había creado ninguno. Recién en este año 2024 se anunciaron los tres primeros (sobre los arroyos Las Tunas y Perucho, y el río Gualeguaychú), que requieren de una compleja organización por la cantidad de organismos e instituciones que intervienen, en áreas enormes, porque abarcan también los afluentes y sus costas.
El instrumento legal de 2007 fue exhumado en 2023 por la Comisión vecinal del barrio Los Zorzales, a partir de sugerencias del abogado ecologista Jorge Daneri que visitó Las Tunas. Basados en esa norma, convocaron a una comisión con la participación de delegados municipales de San Benito y Colonia Avellaneda, reconocidos ecologistas y científicos como Daniel Verzeñassi, Rafael Lajmanovich, Pablo Aceñolaza, y vecinos. Algunos de sus miembros celebraron la creación de los comités este año, en el orden provincial, y pidieron que no se demoren en actividades burocráticas. El ingeniero Boc Ho subrayó la importancia del encuentro y la visita al lugar porque, dijo, ayudan a fijar prioridades.
Alicia Glauzer señaló que toda la basura y las cloacas que pasan por Las Tunas desembocan en el río Paraná, aguas arriba de la toma de agua de esa capital, y de sus balnearios. Funcionarios de esa municipalidad admitieron su preocupación, aunque defendieron la calidad del agua sostenida con controles permanentes.
Durante las conversaciones se habló de un gran cartel plantado en el ingreso al barrio Los Zorzales que promete una obra millonaria para la atención sanitaria de la zona, bajo la consigna “con la fuerza de los hechos”, toda una paradoja porque esa obra fue paralizada en 2022 y nunca se completó. Los resultados quedaron a la vista y a la nariz, pero el cartel sigue en pie.
Metales en el barro
Funcionarios de Industria de la provincia reconocieron que cada empresa del Parque Industrial de Paraná trata los efluentes por separado, y se realizan controles, aunque desde hace varias décadas no funciona la pileta común, que daría mayor seguridad.
Vecinos de Los Zorzales recordaron que Rafael Lajmanovich y otros científicos ya hicieron estudios en la zona y constataron hace una década la presencia de metales y otras sustancias peligrosas en los barros de Las Tunas.
Las gestiones de los asambleístas no pudieron ser más expeditivas y provechosas. Detrás del problema hay obras que no fueron terminadas, planes incompletos, responsabilidades diversas pero, sin perder el humor, las cosas han sido dichas, y la rápida respuesta de los funcionarios para las entrevistas da indicios de buena voluntad en las distintas jurisdicciones para sanear la cuenca. De hecho, especialistas de Ambiente informaron a la vecindad que realizarán análisis en los arroyos esta semana.
La contaminación expulsa a los peces, cuando los vecinos cuentan que hace pocos lustros pescaban en Las Tunas. Sólo las tortugas aguantan. Entre las aves sobresale la presencia del sietevestidos (Poospiza nigrorufa) en las costas. La vecindad ha contado medio centenar de especies allí, algunas vistosas como cardenal, celestino, chororó, fueguero, juan chiviro, sin contar los zorzales que dan nombre al barrio y al arroyo.
Las lluvias suelen arrastrar bolsas de residuos y se comenta una preocupación por el vuelco de cementos de una industria de mosaicos que tapizan el lecho del arroyito Los Zorzales, presuntamente producto del pulido.
En los montes de la orilla resisten árboles exóticos como acacia negra, ligustro, mora, y nativos como espinillo, sauce criollo, tala, cinacina; pastizales, barrancas de arcilla y arena, esperando los resultados prácticos de la nueva conciencia y el consenso, aceitados con la buena onda vecinalista. El humor es un afluente pintoresco de la cultura, y la cultura un bello afluente de la biodiversidad. El Comité de Cuenca podrá considerar todos estos aspectos con una mirada integral, de cuenca.
(*) Nota publicada en Uno Entre Ríos.



