
El ambiente del fútbol italiano quedó hoy muy conmocionado por el intento de suicidio del ex jugador Gianluca Pessotto, quien se arrojó desde un techo de la sede de Juventus, justamente el club símbolo del escándalo de corrupción que sacude al calcio. Pessoto, quien permanecía hoy en estado grave y con múltiples fracturas, se arrojó desde el techo de la sede de Juventus, de tres pisos, pero se salvó de una muerte inmediata porque su cuerpo impactó primero en el automóvil Alfa Romeo del vicepresidente Roberto Bettega.
La noticia repercutió inmediatamente en pleno Mundial de Alemania, donde el capitán Fabio Cannavaro interrumpió una conferencia de prensa, mientras que Alexandro Del Piero y Gianluca Zambrotta volaron a Turín para interiorizarse del estado de salud de su ex compañero.
"Pessottino es el hombre más bueno de este mundo", le dijo a Ansa el propio Cannavaro, conmovido por la noticia. Pessotto, de 35 años, que entre 1996 y 2005 ganó seis títulos en Juventus (entre ellos la Liga de Campeones y la Copa Intercontinental de 1996) y jugó además 22 partidos con el seleccionado italiano, estaba bajo tratamiento por depresión.
"Sus condiciones son estables pero serias. Lo que más preocupa es la hemorragia interna provocada por una lesión en la arteria hipogástrica izquierda", dijo hoy en un comunicado el hospital Molinette, donde se encuentra internado el ex futbolista.
Los médicos constataron fracturas múltiples en el cráneo, cadera, algunas vértebras y el hueso sacral, una voluminosa hematoma en la cavidad pélvica y una lesión arterial con fuerte hemorragia, pero sin daños en la espina dorsal.
Pessotto, que fue encontrado tirado en el suelo entre dos automóviles, con un rosario en las manos, padecía un fuerte estado depresivo y hoy mismo tenía cita con su psicólogo personal, dijeron fuentes judiciales.
Los médicos dijeron que Pessotto no padecía ningún mal, en tanto otras fuentes descartaron que el intento de suicidio pudiese vincularse con la crisis de Juventus, aunque algunos medios recordaron hoy que el jugador había sido implicado en una causa por doping que afectó al club tiempo atrás.
Al arribar por la mañana a su oficina de Corso Galileo Ferraris, en el elegante centro de Turín, Pessotto no estacionó su automóvil delante del edificio, sino que lo dejó en el subsuelo, desde donde subió al techo y se arrojó al vacío.
A la clínica llegaron poco después su padre Remigio, su esposa Reana y su hermano Vanni, quien juega en el equipo de ascenso Spezia y que evitaron hablar de "intento de suicidio", aunque los investigadores apuntaron directamente a ello.
El médico de Juventus, Riccardo Agricola, implicado en la causa de doping contra el club, descartó que Pessotto estuviera sufriendo alguna enfermedad grave que pudiera haberlo inducido al hecho.
"El retiro puede ser una causa de esto, porque se daña el narcisismo y uno parece un adolescente obligado a crecer. Pero nunca hay una única razón y a veces ni siquiera los familiares y amigos más cercanos pueden advertir qué está pasando", dijo hoy la psicóloga Monica Vaillant, ex campeona europea de vóleibol.
El caso hizo recordar al suicidio del ex jugador de Roma Agostino Di Bartolomei, en 1994, quien se disparó en la cabeza, y la muerte del ciclista Marco Pantani en 2004, víctima de una sobredosis que sus amigos adjudicaron a un proceso de autodestrucción.
Pero su intento de suicidio significó un nuevo golpe para el calcio en general y en particular para Juventus, principal implicado en un escándalo de corrupción que removió a toda su cúpula directiva y amenaza con quitarle su último título y enviarlo a la Serie B.