
Los cinco religiosos palotinos asesinados durante la dictadura militar fueron recordados hoy al cumplirse 30 años de la Masacre de San Patricio con una misa en la parroquia del barrio porteño de Belgrano. Presidida por el obispo auxiliar de la arquidiócesis de Buenos Aires, monseñor Horacio Benites Astoul, la celebración se realizó en la parroquia de San Patricio, donde fueron masacrados.
Del oficio religioso participaron la senadora Cristina Fernández; el vicepresidente Daniel Scioli; el jefe de gobierno porteño, Jorge Telerman; el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli; el ex jefe de gobierno de la Ciudad, Aníbal Ibarra y el secretario de Culto, Guillermo Olivieri.
Una vez finalizada la misa, fueron colocadas placas recordatorias al lado del monumento inaugurado en setiembre del año pasado frente a la parroquia en memoria de los religiosos asesinados, conformado por bloques de piedra que recrean cinco siluetas.
Una de las placas, que fue descubierta por Cristina Fernández y Telerman dice "Homenaje a los mártires palotinos a 30 años de la Masacre de San Patricio". En esa placa están los nombres de los cinco religiosos: padre Pedro Dufau; padre Alfredo Leaden; padre Alfie Kelly; Salvador Barbeito y Emilio Barletti y se agrega: "Víctimas del terrorismo de Estado".
La senadora Cristina Fernández señaló al retirarse del acto que "esto lo hago de corazón" y agregó que si el presidente Néstor Kirchner "hubiese estado en el país hubiera estado acá".
Los homenajes comenzaron el domingo con la proyección de un documental de Pablo Zubizarreta y Juan Pablo Young, que recrea el asesinato de los curas y seminaristas palotinos. En junio del año pasado, el arzobispo de Buenos Aires, cardenal Jorge Bergoglio, autorizó la apertura de la causa de canonización de los tres sacerdotes y los dos seminaristas masacrados.
Los religiosos palotinos de la iglesia San Patricio fueron brutalmente asesinados el 4 de julio de 1976 por un grupo de tareas de la dictadura militar, que ingresó a la casa parroquial que habitaban los palotinos y, tras identificarlos, los fusiló.
En las puertas de dos de las habitaciones de los religiosos, los asesinos dejaron inscripciones en las que acusaban a los palotinos de "envenenar la mente de nuestra juventud".
Aunque los palotinos no fueron miembros formales del Movimiento de Curas Tecermundistas, su prédica coincidía con los sectores eclesiásticos que, hacia fines de los '70, ejercieron un fuerte compromiso con los pobres en el marco de un perfil altamente imbricado con el poder de la Iglesia católica.
Justamente, si algo caracterizó a este grupo de curas palotinos durante la última dictadura fue la valentía y el compromiso que asumieron al denunciar en sus homilías las sistemáticas violaciones a los derechos humanos que eran cometidas a partir del ejercicio del terrorismo de Estado. La investigación judicial por la masacre de San Patricio iniciada en 1976, suspendida en 1977 y reabierta en 1984, no descubrió quiénes fueron los autores e instigadores del quíntuple homicidio.