Por Luis María Serroels (*)
En su libro En defensa propia – Cómo salir de la corrupción (Editorial Sudamericana), Luis Moreno Ocampo, aludiendo al manejo de los fondos públicos, sostiene que “la corrupción es una bomba neutrónica que mata gente sin romper paredes”. ¿Cómo salir de la corrupción? La fuerza de los grupos se entrelaza con la fórmula de la corrupción.
Moreno Ocampo ocupó importantes cargos en la justicia porteña, es docente, investigador y conferencista en diversos países.
Los mecanismos judiciales provinciales se mantienen alertas para desechar la posibilidad de trasladar al fuero federal una cuestión claramente del fuero entrerriano. Esta tarea ha sido desarrollada con gran responsabilidad por funcionarios de diversas jerarquías hasta engrosar un expediente que sobrepasa las 500 fojas (Patricia Yedro e Ignacio Aramberri han tenido un rol trascendental, en tanto la doctora Marina Barbagelata se desempeña como jueza de Transición y Garantías).
Según una pericia preliminar –nota publicada por Antonio Tardelli en ANALISIS- se habla de un desfalco de 52.937.878 dólares, que traducido a moneda nacional alcanza a casi 5 mil millones de pesos. No deja de observarse el hecho de que, según advirtieron los fiscales, funcionarios del Tribunal de Cuentas no habrían observado la legislación vigente, incumpliendo con sus obligaciones de control.
Una mirada amplia del Nº 1121 de la revista Análisis del 10 de junio de 2021, permite encolumnar en la nota principal del director editorial, Daniel Enz, una hilera de numerosas personas importantes (en especial simpatizantes del PJ) que figurarían en la investigación del Ministerio Público Fiscal. Se habla de una estructura cuasi mafiosa. Hay quienes señalan que esta estructura habría operado una década casi como sectores ad-doc, para burlar a la justicia y al Poder Ejecutivo bajo diversos gobernantes, y bien se puede caratular como un auténtico engranaje. Siempre se habló de un operativo.
Las instituciones señeras y dispuestas a mantener alto grado de respeto, no pueden cobijar a elementos capaces –según se advierte- de meter manos en el chanchullo a costas del dinero público.
La figura que sintetizó un operativo de “bolsillos jugosos” accionados casi “mágicamente”, finalmente terminó sucumbiendo ante un periodismo bien decidido y un Poder Judicial fuertemente comprometido.
Pocos cristianos de esta comarca habían imaginado tantos fajos de billetes mal habidos y con tan poco esfuerzo. Tan colosal dinero fácil suele atragantar a los mejores paladares. El fiscal de Estado, Julio Rodríguez Signes, habló de un monto aún no determinado de plata, con raíz delictiva y connotaciones políticas que deberán ser puntillosamente develados.
Han sido 17 años de gobierno continuado con el mismo sello político, que no deben ser salpicados en su moral. Por ende, están todos los elementos a disposición para sacar de raíz a quienes metieron manos sucias y cuya inmoralidad debe ser lavada con el peso de la ley.
El Estado dispone de la maquinaria para extraer de la mala política toda la suciedad. Sean reales o ficticias las bancas y los agentes que se encolumnaron para el delito en banda, la vergüenza los tiñe a todos y el Código Penal actúa por igual. El maloliente que ronda nada menos que en una Legislatura, debe ser aseado hasta expulsar la fetidez que exhala la corrupción y en defensa de la honradez que subyace en sus recintos.
En los alrededores de cómodos almohadones, posaron sus asentaderas mientras preparaban sus fajos con tufo a billetes jamás ganados con honradez. Se habló de engranajes capaces de funcionar sin entorpecimientos.
Siempre hay quienes miran hacia al otro lado del desfalco sin padecer tortícolis, mientras otros sobrevolaban el momento de ordenar la repartija de confianza.
Para arribar a las operaciones de raíz delincuencial, es menester una cabeza experimentada, mente fría y saber en qué momento disfrazarse de honesto. Para que las maniobras vergonzantes puedan prosperar, se requiere de alguien equidistante de los beneficiarios y agudizar los oídos y el tacto.
Que hayan sonado campanas extrañas en ambas Cámaras de la Legislatura provincial y también en el Senado nacional (muchas identidades se estampan con tinta indeleble), dan cuenta de una “hazaña” finalmente advertida pero imposible de imaginar sus consecuencias.
Inextricable resulta el desarrollo de este suceso y el tiempo que podría insumir finalmente en caso de que irremediablemente sea instalado en la Justicia Federal. Por allí se oyó augurar el término “años”, incluso cuando seguramente esa avivada (tantas de las que suelen pasar por los recovecos de la mala política) se vaya extinguiendo. Por las vías expeditas de la maldad siempre habrá algún corrompido seguidor y fiel.
Reflexión final: ante el fuero que procedería actuar finalmente, frente a la corrupción que sobrevoló sobre las cámaras legislativas mediante contratos “truchos”, el problema radica en saber identificar de dónde se obtuvo tanta plata fácil del Estado provincial.
Una opinión autorizada nos hizo saber que si el dinero producto de los contratos ilícitos fue en parte aportado a la política a sabiendas del origen, se tendría que aclarar debidamente tal situación y denunciarse donde proceda por tratarse de plata sucia.
(*) Especial para ANALISIS