Por Luis María Serroels (*)
A este periodista le ha parecido oportuno recordarles a sus lectores, que el Presidente de la Nación y el flamante y variado súper ministro, han acordado formularles consultas oportunas a la vicepresidenta, aunque deba atender los requerimientos de la justicia.
Es muy difícil hallar un caso como el de la Vicepresidenta de la Nación, Cristina Fernández, y 12 encausados por asociación ilícita y administración fraudulenta en la obra pública vial de Santa Cruz entre 2013 y 2015.
El ex gobernador santacruceño y ex Presidente de la Nación, hoy fallecido, Néstor Kirchner, tuvo participación activa en el círculo vicioso que se adueñó de decenas de licitaciones de obras viales y cuyo responsable principal, Lázaro Báez, ya se encuentra condenado por la justicia.
Un punto que fue saliendo a la luz y reveló el fiscal, es que el miembro familiar K y actual diputado nacional, Máximo Kirchner, controlaba las obras de la corrupción. Se habla de 93 cheques y contratos que lo relacionan con Báez.
Cuando el entonces primer mandatario se hizo cargo de semejantes responsabilidades, delegó la obra pública en el Ministerio de Planificación a cargo de Julio de Vido (19-06-03). Este funcionario decidió crear la Sindicatura General Adjunta de la SIGEN (organismo de control interno del Poder Ejecutivo) que puso en manos de su esposa Alessandra Minnicelli.
No son pocos quienes reclaman por el hecho de que se haya demorado tanto a la hora de aplicar la ley con severidad y no se le haga conocer aún a CFK el aroma de los encierros.
Todos los apellidos con origen Kirchner provenientes de Santa Cruz suenan sospechosos. No deja de asombrar el hecho de que la hija del matrimonio Kirchner-Fernández no parecería estar ante el ojo de los investigadores, aunque en su momento fue depositaria por su madre con una altísima suma en dólares de origen ignoto. De ello no se habló más, pero se sabe que los investigadores deben haberla incorporado a la lista negra K.
Los profanos en estos temas del Código Penal, aguardan con ansiedad el resultado de lo que los fiscales resuelvan y determinen los jueces.
Más allá de los tramos que se van desarrollando en el juicio, no es fácil explicar el hecho de que Lázaro Báez ya recibió su condena (por ahora en situación domiciliaria), los enjuagues principales salían de la Presidencia de la Nación. Precisamente la viuda de Kirchner supo instalar una normativa para garantizarse pagos por adelantado respecto a obras, en muchos casos sin terminar. En ciertas operaciones peritadas existieron sobreprecios que orillaron unos 200 millones de dólares.
Entre 2010 y 2015 se hizo funcionar “un canal privilegiado” de pagos donde Báez se embolsó “el dinero de todos los argentinos”, tal como lo describió con mucha claridad el fiscal Diego Luciani. El kirchnerismo puesto a punto por el ex bancario y devenido en empresario, hizo mover un engranaje aceitado al servicio de la entonces Presidenta. ¡A la familia Kirchner no se le hacían demoras a la hora de los pagos! Se terminaba o no una obra, las certificaciones se anticipaban sin chistar.
Al cerrar esta columna de opinión, queremos hacer hincapié que este mes de julio reciente nos dejó una inflación de 7,4% (que hace evocar este registro de hace 20 años), se habla de un récord frente a una acumulación de 7 meses de 46,2 %. “Más inflación, más pobreza”.
(*) Especial para ANALISIS