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Murió Julio Puga, el cura que organizó la visita del Papa a Paraná en 1987

El sacerdote Julio Alberto Puga Ramírez falleció este lunes por la noche a los 75 años. Nacido en Mendoza, se encontraba retirado del servicio activo de la Iglesia y residía en la Residencia Sacerdotal Jesús Buen Pastor. Este martes, sus restos serán inhumados en el Cementerio del Seminario Arquidiocesano Nuestra Señora del Cenáculo, en la zona del Brete.

Puga Ramírez fue una figura central en la vida de la Iglesia en Paraná. Según recordó Entre Ríos Ahora, muchos lo recordarán por su papel clave en la organización de la histórica visita de Juan Pablo II a la ciudad, en abril de 1987. En esa ocasión, bajo su dirección, alrededor de 3.000 jóvenes católicos fueron entrenados como servidores, una tarea que él coordinaría con gran dedicación.

Su primer encuentro con muchos de los jóvenes que trabajaron a su lado fue durante un retiro espiritual en una abadía benedictina. Aunque había llegado a ese lugar con la intención de enseñar latín, la conversación se desvió a aspectos personales y espirituales. Puga, con su memoria prodigiosa y su personalidad carismática, compartió anécdotas de su vida sacerdotal en Paraná, incluyendo tanto los desafíos como los logros de su labor pastoral.

En los últimos años, Puga vivió en la Mariápolis de O’Higgins, en la provincia de Buenos Aires, una comunidad creada por el Movimiento de los Focolares, donde se dedicaba a trabajos manuales como la carpintería y la jardinería. Allí, se había reunido con compañeros de ordenación para celebrar sus 25 años como sacerdote.

El padre Julio se ordenó el 8 de diciembre de 1982 en Paraná, y tuvo como ordenante a quien por entonces suplía al metropolitano Adolfo Tortolo, ya enfermo, y que luego sería obispo auxiliar, monseñor José María Mestres. Su primer destino, como vicario parroquial, fue la Parroquia Nuestra Señora del Carmen, junto al padre Julio Metz, y allí sería nombrado luego como párroco.

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