Uno de los dueños del pool Flecha Bus reconoció la semana pasada ante el gobernador Jorge Busti y el vicegobernador Pedro Guillermo Guastavino -en una reunión reservada- que el estudio jurídico que atiende los “papeles” del grupo es el que encabezan Eduardo Menem y su hijo Adrián Menem, en Capital Federal. Busti recibió al empresario Guillermo Derudder en la Casa de Entre Ríos, donde hubo una tensa reunión, a cuyos detalles tuvo acceso este semanario.

Daniel Enz

Los testigos la definen como una “reunión tensa”. En la Casa de Entre Ríos de Capital Federal nadie sabía muy bien a quién iba a recibir el gobernador Jorge Busti en forma tan reservada. Busti llegó cerca de las 11 de la mañana, el miércoles 9 de marzo, al edificio de calle Suipacha 844. Lo secundaba el vicegobernador de la provincia, Pedro Guillermo Guastavino y el ministro de Gobierno, Justicia y Educación, Sergio Urribarri. La reunión estaba prevista para un poco antes del mediodía.

“Ahí llegó Derudder”, le avisaron al gobernador. El empresario Guillermo Derudder, uno de los hombres que figuran como titular de varias de las firmas de transporte interurbano, a partir del pool Flecha Bus, llegó solo, vestido con saco gris y una camisa al tono. La reunión la había solicitado el propio Derudder a través de varios canales. “No puede ser que el gobernador no nos atienda, cuando pretendemos seguir haciendo inversiones para la provincia”, le hizo decir a varios de sus mensajeros. Era una clara misiva, que respondía a la decisión del mandatario de no atenderlos, en rechazo a la determinación que habían adoptado, con la firma San José –una de las que integra el grupo- de radicar 92 colectivos en la provincia de Jujuy -donde no realiza ningún servicio de origen-, por lo cual dejó de tributar cerca de 400.000 pesos anuales al Estado entrerriano. A ello se sumó la directiva, a la cúpula de la Dirección General de Rentas (DGR), de que avancen “contra viento y marea” con las empresas de los Derudder, lo que molestó a los inversores oriundos de Colón. “Si Busti nos jode, nosotros no ponemos en marcha la fábrica de carrozados”, había dicho uno de los empresarios. El proyecto ocuparía a unas 300 personas, generando así la primera fábrica de importancia de la ciudad, donde buena parte de la economía gira alrededor del turismo. Los Derudder ya compraron un predio de importantes dimensiones, pero no movieron un ladrillo, ya que ahora están ocupados en terminar el coqueto hotel, de 80 habitaciones, emplazado con vista al río en Colón.

El nerviosismo de unos y otros se notaba en los minutos previos al inicio de la reunión. El ministro Urribarri trató de romper el hielo, pero Busti de inmediato tomó la palabra y no dudó en enrostrarle varias cuestiones al empresario. Derudder agachó la cabeza, esbozó algunas aclaraciones, pero fueron más los silencios que las respuestas. “Ustedes me difamaron durante demasiados años. Me montaron operaciones de prensa, donde decían que yo era el verdadero dueño de Flecha Bus y eso me provocó un gran perjuicio. Yo no sé si lo que me hacían era por orden del propio (Carlos) Menem o del Choclo Alasino, que es amigote de ustedes, pero me hicieron mucho daño. Y ni hablar de las cosas que decía por todos lados ese abogado que tienen ustedes en Colón, (Rubén Darío) Germanier”, le acotó.

-Mire, gobernador, nosotros no queremos estar peleado con usted. Queremos invertir en la provincia, hacer cosas en Entre Ríos y por ende no podíamos estar distanciados. Además, queremos solucionar lo antes posible esta cuestión de la empresa San José con la DGR –interrumpió Derudder.

-¿Y trajeron alguna propuesta? –preguntó Busti.
-No, no la hicimos, pero se la hacemos llegar lo antes posible con mis abogados.
Derudder se sintió con algo más de confianza y comenzó a desmenuzar algunos de los proyectos en danza. Le contó que el hotel tenía que estar terminado para Semana Santa, pero demorará un par de días más; le dijo que la fábrica de carrozados puede considerarse un hecho si tiene el apoyo del gobierno provincial y le remarcó que precisará mano de obra especializada para desarrollarlo. Le aportó datos interesantes de la empresa brasileña Marco Polo –de estrechas vinculaciones comerciales con el grupo, ya que le hacen los colectivos-; le dijo que realizan 60 unidades diarias y que están dispuestos a desarrollar inversiones en estas tierras también.

El encuentro se extendió por un poco más de una hora. En ese lapso, a los tres hombres del gobierno les quedó claro que estaban frente a una persona sin mayor poder de decisión; que dependía de alguien nunca revelado con el correr de los años.

En días previos, Busti había recibido una información confidencial sobre las relaciones de Eduardo Menem y su hijo Adrián, con los Derudder. Fue en ese marco que le comentó que había tenido un llamado telefónico del diputado nacional Adrián Menem (PJ-La Rioja), quien la semana pasada estuvo en Paraná y otras localidades entrerrianas, en el marco de la campaña proselitista para reinstalar el cuasi desaparecido menemismo en Entre Ríos.

-Ah, sí? Eduardo Menem y Adrián Menem tienen el estudio que trabaja para nosotros –confesó Derudder.
La frase del empresario le sirvió para confirmar lo que le habían anticipado en off the record al gobernador días atrás en Capital Federal. Incluso, una fuente nacional reveló a ANALISIS que el dato ya estaba en poder del propio Presidente Néstor Kirchner, quien se sorprendió con la información y dispuso que le confeccionaran un completo informe al respecto. Incluso, el mandatario nacional habría ordenado a uno de sus colaboradores que, una vez afianzados los controles en los diferentes aeropuertos, para combatir el narcotráfico, se empiece a instrumentar un sistema similar en las estaciones terminales del país, fundamentalmente en los pasos fronterizos a Bolivia, Brasil, Paraguay o Uruguay, donde las únicas empresas que transitan pertenecen al pool Flecha Bus, estrechamente ligado a los negocios del menemismo.

(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)