Álvaro Moreyra
La cantidad de argentinos diseminados por el fútbol mundial es incontable. Si bien se puede hacer un prorrateo y establecer un número aproximado, lo concreto es que tener la cifra precisa es casi una utopía.
En la búsqueda de una mejoría económica, muchos de esos jugadores deciden emigrar hacia latitudes impensadas hasta hace algunos años. En la actualidad, por caso, hay futbolistas que se desempeñan en competiciones tales como Vietnam o Andorra, por citar dos países en los que militan, o militaron, jugadores nacidos en territorio argentino.
También están los conocidos, los Messi, en España; los Agüero, en Inglaterra; los Higuaín, en Italia, en fin, una serie interesante de jugadores que se pueden apreciar en la pantalla chica todos los fines de semana, en directo, por alguna de las competiciones que ponga en juego la Liga de cada uno de esos países.
Pero así como hay futbolistas en torneos inhóspitos, también están aquellos que juegan en el fútbol de ascenso de las principales Ligas del mundo y que, sin embargo, no son conocidos. La mayoría de ellos porque no ocupan tapas en los diarios, ni siquiera segundos en radio o televisión.
Uno de esos casos es el de un paranaense que hace más de una década emigró hacia Italia y anduvo por innumerables equipos del fútbol de ascenso de ese país. También cuenta con un paso por el Lugano de Suiza.
Se trata de Sebastián Vicentín, quien en el último semestre logró el ascenso a la Cuarta División del Calcio con el Nardó, equipo con el que se cansó de gritar goles. “Volviendo al pago… hace dos semanas que estoy en mi ciudad, disfrutando de los amigos y la familia”, contó El Ruso en el comienzo de la charla.
—Hace muchos años que andas por allá, ¿todavía se extraña?
—Ni hablar. Se extraña mucho y cuesta habituarse a vivir allá, a pesar de que hace más de 10 años que lo hago de la misma manera. Igualmente, esta vez el regreso demoró más, porque estuve 10 meses. Siempre vengo para las fiestas de fin de año pero esta vez no pude y se hizo muy larga la espera. Es la primera vez que no me pude venir.
En estos 12 años lejos del pago, a Vicentín le cambió radicalmente la vida. “En estos años pude armar mi familia, mis hijos nacieron en Paraná (Lorenzo, de dos años y medio, y Doménico, de un año; también vive con su pareja, Julieta). Por suerte este último tiempo pudimos estar todos juntos allá y fue una diferencia gigantesca en relación a otros años”, comentó luego.
(más información en la edición gráfica número 1024 de ANALISIS del 16 de julio de 2015)