Claudia Martínez
(Especial para ANÁLISIS)
Su currículum es muy extenso, e indica que nació en Paraná, que comenzó desde muy joven siendo actor y que la primera obra que lo puso en el escenario fue La pobre gente, de Florencio Sánchez, bajo la dirección del recordado Lito Senkman. Corría el 1964 y al año siguiente comenzaría su interminable carrera con el arte circense, cuando escribió El circo de la Alegría con Alberto Martínez Tenreyro. Ese espectáculo, que tuvo más de 500 funciones con un Mario adolescente, fue seleccionado por la Secretaría de Cultura de la Nación para representar a la provincia de Entre Ríos en el VI Festival Nacional de espectáculos para niños de Necochea.
Después vinieron sus trabajos como actor y como escenógrafo ¿Quién, yo?, de Dalmiro Sáenz, 1969/70. Actor, autor y productor en Fantasyland, en el año 1971; Actor, ganador del Concurso Nacional de becas para perfeccionamiento (en la especialidad de teatro) otorgada por el Fondo Nacional de las Artes, entre otras obras que hicieron que su nombre formara parte de las carteleras de los teatros porteños como el Cervantes o el Teatro Municipal Gral. San Martín
Hasta que de la mano de un proyecto que nació en el año 1978/79, nació el mítico Pepe Payaso, que a través de sus chistes inocentes, formó parte de la infancia de muchos chicos, no sólo de esta provincia sino de todo el país.
Después de mucho tiempo Mario Viola recordó con ANÁLISIS la carrera de Pepe Payaso y Ratontito, y se animó a soñar un poco más.
El atelier de Mario está en calle Italia, en una vieja casona y da a la calle. Su mesa para pintar está rodeada de cuadros de colores brillantes y cerca de esa mesa, están todos los recuerdos que resumen una prolífica vida y una extensa carrera.
“Ese cuadro lo presente en el 5° Salón de Artistas Plásticos de Entre Ríos, en el año 1964”, cuenta señalando uno de los tantos colgados en la pared.
—¿Cuál fue la primera expresión artística de tu vida?
—Fue la plástica. Fui un año a la Escuela de Bellas Artes, tenía que presentarme en el 6° Salón de Artistas Plásticos, pero el director de la escuela en ese momento, que se llamaba López Carnelli, no me dejaba porque era alumno. Él me dijo que elija: la escuela o el salón. Y elegí el salón, pero lamentablemente no me presente ese año. A la vez estaba haciendo teatro con Lito.
Mario comenzó a los 16 años en el derrotero de hacer teatro. No paró nunca y no piensa hacerlo.
En el fondo de su casa y en su atelier atesora todo lo que forma parte de su vida: carpetas con fotos, recortes de diarios, videos, facturas de cobro de artísticos, mientras que en otro lugar de la casa aún está el traje de Pepe Payaso, colgado, esperando ser convocado alguna vez.
(Más información en la edición gráfica número 1077 de la revista ANALISIS del jueves 10 de mayo de 2018)
