Por Ayelen Waigandt
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El 4 de mayo el gobierno provincial anunció que más de 43.000 jubilados, pensionados y retirados provinciales percibirían sus beneficios con aumento –en el cronograma de pagos del mes-, de la misma manera y valor con el que los trabajadores en actividad lo habían hecho en abril.
La ley provincial dispone que los beneficiarios jubilados deben percibir los incrementos salariales en idéntica forma que los trabajadores en actividad dentro de los 60 días posteriores al cobro por parte de los activos. A fines de mayo los pasivos seguían sin percibir los incrementos y, aunque todavía estaban dentro del plazo legal, comenzaron a movilizarse y realizar planteos ante la Caja de Jubilaciones. En pocas semanas, el grupo de autoconvocados que se organizó por WhatsApp sumó a 55 personas afectadas por la situación, en su mayoría jubilados de Enfermería del Hospital San Martín de Paraná.
Aseguran que el problema se repite cada vez que se anuncian incrementos salariales y también con códigos mal liquidados mes a mes, que a cuenta gotas van afectando los magros salarios de los pasivos. La situación perjudicaría a miles de personas de toda la provincia no sólo del sector Salud sino también docentes y de otros escalafones del Estado.
“El reclamo en esta oportunidad fue por los códigos 624 y 630 que tienen que ver con el mayor horario de Enfermería, pero siempre sucede y van cambiando los códigos que nos liquidan mal para tratar de que uno no se dé cuenta. Siempre aparece alguno de los códigos que son remunerativos pero que no se abonan con los aumentos como corresponde”, señaló Ana María Praderio ante ANÁLISIS. “Le pasa a todos los trabajadores del Estado que tienen los sueldos adornados con estos códigos, activos y pasivos”, denunció.
En ese marco, cuestionó: “No tenemos jubilaciones onerosas como tienen los legisladores que encima trabajan unos pocos años; somos trabajadores que durante toda la vida estudiamos, nos capacitamos y nos fuimos perfeccionando, y que tenemos unas pobres jubilaciones. No es posible que esto suceda porque trabajamos más de 30 años, aportamos y estamos reclamando lo que es nuestro”.
Cada uno de los códigos tiene valores diferentes, porque tienen que ver con la función que se cumplió en actividad, si el trabajador tenía horarios rotativos o el tramo original en el que estaba, con lo cual no se puede hablar de un monto estimativo general, sino que son particulares. De todos modos, Praderio indicó que se trata de unos 14 millones de pesos que debían abonarse.
“Tenemos expedientes presentados desde hace tres años por códigos que no han sido actualizados y en realidad creemos que a todo lo hacen ex profeso. Es impresionante la cantidad de cosas que le hacen a la gente del interior profundo de la provincia, que están lejos de la Caja y que muchas veces no tienen posibilidades de reclamar”, apuntó.
(Más información en la edición gráfica número 1097 de la revista ANALISIS del jueves 30 de mayo de 2019)
