El paranaense, una de las figuras del elenco Albiceleste en la Liga de las Naciones, dialogó con ANÁLISIS y repasó su estupendo presente en el representativo nacional. “Calzarse la camiseta de la selección es lo más lindo que te puede pasar como deportista”, expresó. Además, a lo largo de la charla, el actual jugador del Ziraat Bank de Turquía, equipo en el que jugará la próxima temporada, contó cuánto extraña la ciudad que lo vio nacer y en la que piensa volver en un futuro. “Es mi casa y tengo todo: mi familia, mis amigos, mi novia, mi vida está ahí”, contó.
Por Álvaro Moreyra
El Club Argentino Juniors es una entidad que se asocia rápidamente con el fútbol en la capital entrerriana. La entidad de la zona Sur de Paraná es una de las históricas de la Liga Paranaense de Fútbol y siempre se caracterizó por su semillero, aunque no tanto así en la divisional superior. También a la institución se la acopla automáticamente con los históricos bailes de los sábados por la noche que siguen en la actualidad, aunque no con tanta trascendencia como otrora.
De igual modo, hasta su disolución, el “Bichito” tuvo una gran dedicación a un deporte que no muchos saben pasó por su sede: el vóleibol. Fueron muchos los gurises y gurisas que pasaron por Argentinos Juniors y el club tiene el privilegio de haber formado a dos de los voleibolistas más importantes que aportó el suelo paranaense a la disciplina a nivel nacional e internacional: uno de ellos es Gonzalo Lapera; el otro es Luciano “Luchi” Vicentín, el protagonista de la presente entrevista de ANÁLISIS.
“Luchi” forma parte de una familia bien voleibolista. Desde muy chico comenzó a pegarle a la pelota en Argentino Juniors, tal vez lo hizo por la proximidad del club con su casa, quizás porque simplemente así lo quiso el destino, pero lo concreto es que la historia de este entrerriano se inició allí.
A muy temprana edad buscó emular a sus hermanos Sebastián y Silvana, también jugadores de vóleibol. Después se fue haciendo su lugar en la disciplina en el playón de la cancha del “Bicho”, que, como en la actualidad, no posee techo, solamente el armazón para apoyar las chapas que se hacen esperar más de la cuenta. En esas condiciones no es sencillo entrenar, mucho menos soñar más allá del día a día, sin embargo, el más chico del clan Vicentín se las ingenió para dibujar lo que sería un futuro ideal en su -por aquel entonces- incipiente carrera como jugador de vóley.
Un dato que no deja de ser llamativo es que Luciano Vicentín comenzó a jugar en el equipo femenino de Argentino Juniors, pues en aquellos años no había un plantel masculino. Al aire libre, por no decir sin techo, y con mujeres, así se inició una historia que en el presente es casi perfecta.
(Más información en la edición 1142 de la revista ANALISIS del jueves 20 de julio de 2023)
