En un final bochornoso, River le empató a Chicago

Nueva Chicago y River jugaban un partido vital para los de Mataderos en su lucha por evitar el descenso a la Primera B Nacional. El equipo de Carlos Ramaciotti ganaba 2 a 1, gracias a los goles de Federico Higuaín y Lucio Filomeno. Ernesto Farías había descontado para el Millonario. Pero en la última jugada del encuentro, Rafael Furchi cobró una falta afuera del área y, ante la indicación de su juez asistente, marcó penal para River. Eso desató un escándalo dentro de la cancha. El bochorno llegó a su punto máximo cuando suplentes, cuerpo técnico y todo tipo de particulares invadieron el campo de juego para reprochar al árbitro su decisión. Tras 20 minutos de descontrol, Paulo Ferrari ejecutó la pena máxima y marcó el empate para los de Daniel Passarella, que de esta manera se aseguraron un lugar en la Copa Libertadores.

Chicago, con el punto, le saca dos puntos de ventaja a Belgrano en la tabla de los promedios. Pero si el equipo cordobés le gana mañana a Boca lo dejará al "torito" en zona de descenso directo.

River Plate igualó 2-2 con Nueva Chicago, en un partido con un escandaloso final que se demoró 22 minutos por un penal dudoso otorgado por Rafael Furchi. El árbitro sancionó una falta contra un delantero del equipo de Passarella cerca del área, pero a instancias de su asistente Carlos Guarizza revirtió su fallo y marcó la pena máxima.

El cuerpo técnico y los suplentes del Torito reaccionaron e invadieron el campo de juego. Discutieron con Furchi y le rogaron a Paulo Ferrari, el encargado de ejecutar el penal, que no lo convirtiera. Finalmente, el ex Central señaló la igualdad con un remate seco y bajo, a la derecha de Navarro Montoya, publica Olé.

Antes, hubo un partido

Ramacciotti puso en cancha un mediocampo ofensivo con Hanuch bien abierto sobre la derecha y Donda por el otro sector. Arriba, el tridente formado por Carranza, Higuaín y Filomeno. En la vereda de enfrente, Passarella armó una línea de tres mentirosa. Porque el debutante Emmanuel Martínez, Gerlo y Lussenhoff se quedaban atrás cuando River atacaba. Pero cuando el local apremiaba, Ferrari y Zapata se retrasaban y se formaba una línea con cinco hombres.

A los 7, el local tuvo la primera pero Carranza se apuró y le pegó fuerte desde un mejorable posición y la pelota se fue lejos, por arriba. Esta situación fue apenas una luz de esperanza en un partido gris. Porque se peleaba mucho en el medio pero los arcos parecían elementos decorativos. A los 22, Filomeno ganó en lo alto y metió un cabezazo que chocó con el travesaño. Al toque, Marco Ruben encaró con decisión y probó desde la puerta del área. Navarro Montoya no se complicó y la desvió al córner.

La apertura del marcador llegó a los 31. Fue un gol de otro partido. Porque Higuaín, ex River, la recibió sobre la derecha y encaró a Lussenhoff. El punta le amagó y lo desairó con una gambeta. En un rápido movimiento despachó un zurdazo infernal que se clavó en el ángulo superior derecho del seguro Carrizo. El Pipita lo gritó con todo. No le importó su pasado en el Millonario. Sí su presente con Nueva Chicago.

En el cierre de la primera parte, River tuvo su chance con un cabezazo de Lussenhoff. La pelota tenía destino de red, pero Hanuch estaba al lado del palo, despejó y a tribuna local lo festejó como un gol.

En el inicio del complemento, Abelairas entró por Zapata y River se paró varios metros más adelante. Además, Augusto Fernández y Belluschi se comprometieron más con el juego. Ruben ganó dos veces por arriba pero sus cabezazos carecieron de precisión. Luego, el ex Newell's se la robó a Hanuch y enfiló hacia el arco. En la puerta del área sacó un zapatazo que se fue picando, al lado del palo. El volante tuvo otra a los 15, pero su derechazo, bien colocado, murió en la parte de arriba del arco.

Chicago lo sufría. Porque River dominaba y estaba a tiro del empate. Pero una veloz contra le dio aire al local. Carranza, recostado sobre la izquierda, le robó la pelota al pibe Martínez y se escapó. Envió un centro para Filomeno, quien entraba libre, por el medio. Lussenhoff, en su afán por despejar la introdujo en su propio arco. Delirio en Mataderos. Desazón para los de Núñez.

Passarella decidió reemplazar a Belluschi, de buen segundo tiempo, por Sciorilli. La visita iba por el descuento pero chocaba con la firmeza de Navarro Montoya. El Mono le sacó un tiro libre bárbaro a Abelairas y también se quedó con el rebote. Eso sí, nada pudo hacer para evitar el descuento. El Tecla Farías aprovechó una desinteligencia del fondo de Chicago y, de cabeza, volvió a abrir el resultado del partido, que ya parecía cerrado.

Sin embargo, cuando el partido se moría sucedió lo increíble. El penal inexistente. Las dudas de Furchi. El periodista que le dio la noticia a Ramacciotti y el escándalo se apoderó de todos en Mataderos. Ferrari tuvo la sangre fría necesaria para macar la igualdad y darle a River el punto que le clasificó a la Copa Libertadores 2008.

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