
El pitazo inicial de Rafael Furchi le puso fin a una sequía de 84 días sin partidos del fútbol local. Y el que lució mejor en el arranque del primer duelo del Apertura fue Lanús. Mediante la sana propuesta de abrir la cancha con Hernán Grana por derecha y Maximiliano Lugo por izquierda, el Granate destrabó el bloqueo de su rival y en cuatro minutos generó dos situaciones de gol. Primero, Marcos Aguirre probó a Cristian Campestrini con un remate bajo que el arquero controló en dos tiempos. Y luego fue el turno del movedizo uruguayo Mario Regueiro, que sacó un disparo cruzado en plena área grande.
Luego de resistir ese aluvión inicial, Arsenal se acomodó en la cancha y logró emparejar el encuentro. Además, el juego empezó a tener asperezas y pierna fuerte. La principal vía de ataque del local fueron las trepadas de Cristian Álvarez, quien intentó conectarse con los picantes delanteros Mauro Óbolo y el entrerriano Luciano Leguizamón. Pero las ganas no le bastaron al Arse para complicar a Agustín Marchesín.
En medio de la paridad, la visita dejó en claro que en el fútbol lo principal es apostar por la técnica. A los 25’, el volante Aguirre dejó estática a toda la defensa con una lujosa pisadita y se fue cara a cara con Campestrini, que no pudo atajar el remate cruzado del talentoso cordobés. Luego de la apertura del marcador, el nivel de juego volvió a bajar y saltaron a escena una importante cantidad de imprecisiones desde ambos lados. El entretiempo llegó en el momento ideal.
En el complemento, Lanús recibió un mazazo inesperado. A los ocho minutos, Óbolo se anticipó a la defensa y conectó un centro desde la derecha para estampar el empate. El ingreso de Sergio Sena por Ignacio Boggino le dio más salida por derecha a los de Gustavo Alfaro. Tras el empate, el autor del gol volvió a tener otra oportunidad en sus pies, pero no pudo ante la salida de Marchesín. Luego de esa primavera, Arsenal se retrasó demasiado y le cedió la iniciativa al visitante.
Lejos de brillar pero con un mejor manejo de pelota, Lanús coqueteó con el segundo a los 27 minutos. El paraguayo Santiago Salcedo ejecutó un tiro libre, Campestrini desvió y la pelota dio en el travesaño. En la misma jugada, Álvarez se esforzó para despejar sobre la línea y prolongó la esperanza local. Sin embargo, el prometedor Guido Pizarro puso el 2-1 a los 29’, luego de aprovechar un rebote en el palo tras un cabezazo del uruguayo Regueiro.
Quedó a la vista que a Arsenal le demandará varias fechas terminar de ensamblar su gran caudal de refuerzos. Aún así, al equipo de Alfaro no le faltó espíritu guerrero y en la última jugada del partido casi concreta el empate mediante el ingresado Facundo Silva.
Aunque el gol de los locales hubiera sido un injusto castigo para un Lanús que fue un poco más. En una noche fría, volvió el fútbol argentino y calmó la ansiedad de varios. Y poco importó que el nivel del espectáculo haya dejado mucho que desear, señala TyC Sports.