Leticia Angerosa, dijo que el fallo por los crímenes de “El Vesubio” es “un fuerte cimiento para la democracia”

El Tribunal Oral Federal Nº 4 de la Ciudad de Buenos Aires condenó a reclusión perpetua a los ex coroneles del Ejército Héctor Gamen y Hugo Pascarelli, por 156 crímenes de lesa humanidad cometidos en el centro clandestino de detención El Vesubio, y ordenó su “inmediata detención”. Igualmente, los camaristas Leopoldo Bruglia, Jorge Gorini y Pablo Bertuzzi, otorgaron penas de entre 18 y 22 años de prisión a cinco agentes del Servicio Penitenciario Federal.

“La conformidad que tenemos todos los familiares y amigos nos hace seguir trabajando y nos fortalece en esta lucha por la justicia. Porque es necesario que en Argentina se sepa lo que pasó en los años de la dictadura, para poder construir una mejor democracia”, aseguró en declaraciones al programa A quien corresponda (Radio De la Plaza).

Angerosa recordó: “Blanquita desapareció en marzo de 1978, y luego de buscarla, recién tuvimos noticias en 1979 y 1980, cuando nos encontramos con compañeras que estuvieron detenidas con ella. Mi hermana estaba embarazada cuando fue secuestrada y por lo que pudimos saber, el 15 de agosto de 1978 tuvo a su hijo, al que llamó Pedro. Los militares se lo dejaron unos días para que lo amamantara y luego se lo sacaron diciéndole que se lo iban a entregar a sus abuelos”.

“Nuestro dolor es muy grande, pero sentimos un gran orgullo al saber cómo se comportó Blanquita en el lugar de detención. A ella le decían La Nona, no por su edad, sino por su sabiduría y templanza, que con tanto dolor pudo llevar adelante su embarazo”, rememoró en declaraciones al programa A quien corresponda (Radio De la Plaza).

Respecto al hijo de Blanca, Pedro, adelantó: “Continuamos en la búsqueda, aunque no queremos adelantar mucho, no sólo por nosotros, sino también por él. Hay líneas de investigación, pero tratamos de mantenerlas en reservas porque a las expectativas no queremos transformarlas en certezas hasta que no sea algo bien concreto. Cuando tengamos datos certeros vamos a dar a conocer todo”.

En ese sentido agregó: “La dictadura pudo desgarrarnos de dolor, pero no pudieron instalar en nosotros el odio. Siempre nos ha movilizado el amor, por ejemplo en un amor tan grande de sentirme hermana de esas mujeres que estuvieron en cautiverio con Blanquita”.

La historia de Blanca

Tal como se reveló en el libro Rebeldes y Ejecutores, en marzo de 1978, Blanca Estela Angerosa y Ana María Carolina Araujo -también de Gualeguaychú- sufrieron situaciones similares y permanecen desaparecidas. La primera de ellas -cuyo hermano, Daniel Martín, había sido secuestrado en Santa Fe en febrero del ’76- estaba estudiando Secretariado Comercial en Capital Federal, después de transitar por la primaria en la Escuela Número 4 Gervasio Méndez y Villa Malvina y finalizar el secundario como bachiller con orientación docente en la Escuela Normal Olegario Víctor Andrade de Gualeguaychú.

Su primer trabajo lo llevó adelante en la ciudad entrerriana, pero optó por irse. Primero recaló en Santa Fe y en marzo del ’77 partió a Buenos Aires, donde trabajaba y estudiaba. En los primeros días de marzo su familia perdió contacto con ella. Blanca fue secuestrada en Capital Federal entre el 3 y el 10 de marzo de 1978, estando embarazada de cuatro meses y con apenas 20 años.

Ya en abril de 1977, el domicilio de sus padres había sido allanado por un grupo de tareas de la Policía de la Provincia de Buenos Aires y los represores habían indagado sobre el domicilio de Blanca. Fue vista por varios compañeros de cautiverio en el centro clandestino de detención El Vesubio. También fue vista prisionera en el Regimiento de Infantería 3 de La Tablada, dependencia que tenía una fluida conexión con el CCD. Este dato fue brindado por la sobreviviente Estrella Iglesias, quien se acercó a la familia de Blanca en agosto de 1979 y le contó que había estado secuestrada en esa dependencia militar con la joven desaparecida, durante algunos meses de 1978.

Esto confirmó lo que los padres de Blanca habían podido averiguar a través de un familiar de un militar que revistaba en ese regimiento. La sobreviviente Cecilia Vázquez de Lutzky se contactó en julio de 1981 con los padres de Blanca, a quienes les contó que, estando detenida con ella en el centro clandestino de detención El Vesubio, Blanca fue trasladada al Hospital Militar Central, en Capital Federal, para dar a luz. Allí le fue realizada una cesárea, y nació su hijo, a quien le puso el nombre de Pedro.
Aproximadamente quince días después, los represores le hicieron escribir una carta para enviar -supuestamente, junto con el niño- a sus padres, que nunca les fue entregada. El niño nunca llegó a manos de sus abuelos. Esto se habría producido aproximadamente en agosto de 1978. Este relato es corroborado por otras sobrevivientes: Estrella Iglesias y Cristina María Navarro compartieron el cautiverio con Blanca en El Vesubio. Ambas contaron que Blanquita tuvo un varón en el Hospital Militar, y que cuando la volvieron a traer al centro clandestino, ya la habían separado de su bebé. Tanto Blanca como su hijo Pedro permanecen desaparecidos,

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