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El papa León XIV cerró el Jubileo de la Juventud ante un millón de personas: les pidió aspirar a la santidad

El Jubileo de la Juventud fue la manifestación más importante de los últimos 25 años en Roma.

El Jubileo de la Juventud fue la manifestación más importante de los últimos 25 años en Roma.

El Santo Padre León XIV presidió hoy, domingo 3 de agosto, la misa de clausura del Jubileo de los Jóvenes, ante más de un millón de personas reunidas en la zona de Tor Vergata.

“Queridos jóvenes, nuestra esperanza es Jesús. Es Él, como dijo San Juan Pablo II, quien ´despierta en ustedes el deseo de hacer algo grande de sus vidas´, dijo León XIV durante la homilía y animó a los jóvenes a aspirar a lo grande, a la santidad. “No se conformen con menos”, exhortó el pontífice.

León XIV volvió a referirse a su maestro espiritual, San Agustín, animando a los jóvenes a seguir su ejemplo leyendo los deseos presentes en sus corazones y buscando su cumplimiento en Dios, publicó la agencia católica Aica.

La fragilidad es parte del milagro que somos

El Papa basó su homilía en la Primera Lectura y el Salmo, que revelan la fragilidad de la vida humana. Su símbolo es la hierba, un prado florido, hermoso pero delicado y fugaz, pero en constante renacimiento. León XIV enfatizó que esto no debe asustarnos. La fragilidad es parte del milagro que somos.

Ninguna criatura nos satisfará

“Queridos amigos, nosotros también somos así: fuimos creados para esto”, dijo León XIV. “No para una vida donde todo sea evidente e inmutable, sino para una existencia que renace constantemente en el don, en el amor. De esta manera, aspiramos constantemente a algo más, algo que ninguna realidad creada puede darnos”.

No engañemos nuestros corazones con sustitutos

El Papa señaló que en nuestros corazones sentimos una sed tan grande y ardiente que ninguna bebida en este mundo puede saciarla. “Ante esta sed”, exhortó, “no engañemos a nuestros corazones intentando saciarla con sucedáneos ineficaces. ¡Escuchémosla, más bien! Hagámosla un escalón al que subirnos, para que, como niños, de puntillas, podamos mirar por la ventana del encuentro con Dios. Pongámonos ante Él, que nos espera, e incluso llama suavemente a la ventana de nuestra alma. Qué hermoso es, a los veinte años, abrirle el corazón de par en par, dejarlo entrar y luego partir con Él hacia las extensiones eternas del infinito”.

Cientos de miles de jóvenes católicos asisten a la vigilia del Papa León XIV en el festival juvenil del Año Santo.
Cientos de miles de jóvenes católicos asisten a la vigilia del Papa León XIV en el festival juvenil del Año Santo.

Siguiendo el ejemplo de San Agustín

León XIV se refirió a la experiencia de san Agustín, quien, hablando de su intensa búsqueda de Dios, preguntó: “¿Cuál es, entonces, el objeto de nuestra esperanza? ¿Es la tierra? No. ¿Es algo que proviene de la tierra, como el oro, la plata, la madera, las cosechas, el agua? Estas cosas son agradables, son bellas, son buenas”. Y concluyó: “Busquen a quien las creó; él es su esperanza”. Entonces, pensando en el camino que había recorrido, oró diciendo: “Tú, Señor estabas en lo más profundo de mi alma, mientras vagaba por el mundo, y allí te buscaba. Llamaste, clamaste, atravesaste mi sordera. Resplandeciste, brillaste como un rayo, iluminaste mi ceguera. Derramaste una fragancia, la inhalé, y aquí estoy sediento de Ti. He probado y ahora, tengo hambre y sed. Me tocaste, y ardí en anhelo de tu paz”.

No existe una respuesta simplificada a estas preguntas

El Santo Padre recordó que el papa Francisco dirigió estas grandes preguntas, para las que no hay respuestas sencillas, a los jóvenes durante la reciente Jornada Mundial de la Juventud en Lisboa. Destacó que estas preguntas los animan a emprender un viaje interior, a ir más allá de sus propias limitaciones. “No nos alarmemos, pues, si nos encontramos interiormente sedientos, inquietos, insatisfechos, anhelando un sentido y un futuro”, dijo Francisco, citado por León XIV.

La Misa en el Jubileo de la Juventud.
La Misa en el Jubileo de la Juventud.

¿Qué es la felicidad?

El Papa enfatizó que en nuestros corazones reside una pregunta importante, una necesidad de verdad que no podemos ignorar, y que nos impulsa a preguntarnos: ¿qué es realmente la felicidad? ¿Cuál es el verdadero sabor de la vida? ¿Qué nos libera de las ciénagas del sinsentido, el aburrimiento y la mediocridad?

¡Tienes que mirar hacia arriba!

León XIV destacó la importancia de las experiencias que los jóvenes adquirieron en la celebración del Jubileo en Roma. Estas experiencias demuestran que la plenitud de la vida no depende de lo que acumulamos y poseemos. “Comprar, acumular y consumir no basta. Debemos alzar la mirada, mirar hacia arriba, hacia las cosas de arriba, para darnos cuenta de que todo, en medio de las realidades del mundo, tiene sentido en la medida en que nos une a Dios y a nuestros hermanos en el amor”.

Cultiva tu relación con Dios, como Frassati y Acutis

Por ello, al final de su homilía, refiriéndose a san Juan Pablo II, León XIV hizo un llamamiento a los jóvenes a mantener un vínculo estrecho con Dios, a perseverar en su amistad, “cultivándolo mediante la oración, la adoración, la Sagrada Comunión, la confesión frecuente y la caridad generosa, como nos enseñaron los beatos Pier Giorgio Frassati y Carlo Acutis, que pronto serían declarados santos. Aspiren a lo grande, a la santidad, dondequiera que estén. No se conformen con menos. Así, cada día, verán crecer la luz del Evangelio en ustedes y a su alrededor”, señaló el Papa.

Santa Misa y Ángelus del Jubileo de la Juventud

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