
La primera mitad se caracterizó por el desorden, las imprecisiones y la baja efectividad. Ciclista fue algo más que su rival, fundamentalmente porque en el primer tramo gozó del aporte de Juan Vazzoler, presente en el goleo y en el desequilibrio. El ala pívot fue la opción más clara que presentó el Verde, todo en un contexto confuso y de escaso nivel.
En este marco también jugó Talleres, que paralelamente pocas veces encontró opciones claras para convertir. El local siempre estuvo al frente en el tanteador. Tuvo la posibilidad de sacar una luz importante, pero la desaprovechó y cerró el primer tiempo 31 a 24.
El complemento no cambió demasiado, pero al menos tuvo un dominador más claro. Cicli hizo algo mejor los deberes que su adversario, trabajó bien en defensa y aprovechó el trámite para lograr una brecha interesante en el resultado.
Si ideas en ataque, Talleres anotó solamente dos puntos en ocho minutos. Semejante sequía le sirvió al dueño de casa para alejarse 34 a 24 y más tarde lograr la máxima con un 43 a 26. En sí, el Verde tuvo la oportunidad de sacar aún más ventaja, pero le faltó oficio y más juego colectivo para lograrlo.
Los dirigidos por Juan Gasparrini entraron al último chico al frente 47 a 33, ventaja importante si se tiene en cuenta lo poco que se brindó en cancha. Esa diferencia se fue a 53 a 36, señala El Diario.
El Rojo intentó dar vuelta la historia con una presión en todo el terreno de juego. No le quedó otra como para cambiar el ritmo y provocar equivocaciones en el oponente. La idea no estuvo mal, aunque no fue con la firmeza que se necesitaba. Un triple de Vazzoler aplacó todo tipo de reacción. Fue la conversión justa como para encaminarse sin problemas a la victoria.
Foto: El Diario.