¿El fin de las ideologías?

Por Jorge Daneri,
especial para ANÁLISIS DIGITAL

Lo que Raúl Alfonsín consolidó para el radicalismo y más allá del golpe de terrorismo económico recibido, el desgobierno de Fernando De La Rúa y Domingo Cavallo, lo debilitó gravemente, en los términos que pretende este análisis.

Los intentos coalicionistas liderados por Elisa Carrió no tuvieron ese arte tan necesario de una construcción constante desde un liderazgo abierto, más allá que los que debían ser abrazados, algunos miraron para otro lado, dejando pasar una oportunidad relevante y casi única para el futuro inmediato del país. También es cierto, porque sus intereses pesaban más sobre coyunturas personales, que sobre futuros posibles para el conjunto del pueblo Argentino.

Intento, de alguna manera, marcar un aprendizaje. De nada sirve la política sin ideología, o sin acuerdo de ideologías cercanas o amigables en cuanto a un programa y proyecto de país y de provincia, por lo menos, básico.

Pero este espectáculo al que asistimos, donde unos van, otros vuelven y otros vuelan desde lo agrario hasta agresivo, hacia la derecha porteña para luego venir a decir que debemos imitar el modelo agropecuario exportador de Brasil, cuando dice venir también de una lucha ecologista relevante, nos señala que la política vigente en Entre Ríos, se encuentra en un grave problema, en un camino que lleva a la nada, al vacío, a la falta de comprensión y por lo tanto, a la falta de mística y valoración de los caminos alternativos que el pueblo necesita visualizar. Incluso el propio oficialismo o los gobiernos provinciales, para que la democracia se pueda fortalecer en equilibrios políticos tan necesarios.

El nuevo espacio volviendo a un viejo espacio, ahora renovado con los Moyano. No deja de sorprender. La UCR que con Ricardo Rojas aspiraba a “reformas extremas en sentido democrático”, solicitando como por favor al militante revolucionario ahora candidato de la Derecha, a ser candidato para las reformas poco extremas.

La ideología se definía en mis épocas de estudios políticos en la Facultad de esa “Ciencia”, en Rosario, como “el sistema de ideas relacionados con la acción”. Si no existe un sistema de ideas, no existe acción, existen manotazos de ahogado, algunos buenos deseos, o mala fe por solo llegar, con Maquiavelo de la mano, pero nada más, es el vacío, un vacío enorme y silencioso.

Y como el fin no justifica los medios, incluso desde el discurso de lo pre-ideológico que se podría sostener desde la ética política, ésta tampoco existe, sin ideología. La derecha con sus matices gobernó durante la dictadura, el menemismo y ahora en muchas facetas de la política económica hacia el paraíso fiscal, Monsanto, Chevron y la fila gigante detrás de mega-petroleras del planeta y más las nacionales y populares de la limitada burguesía nativa mafiosamente enriquecida, y las mineras. ¿Qué valores éticos son éstos? ¿Qué alianza se puede hacer con los mismos? ¿que acuerdo pre ideológico de valores se puede hacer con Macri? ¿O con Solá el genéticamente modificado, o con la derecha más feudal de los gobernadores mineros de Catamarca, La Rioja, San Juan, Salta o los otros feudos de Chaco y Formosa que lideran un etnocidio silenciado por los grandes medios y el poder oficial?.

Sería como esencial para la política en la provincia de Entre Ríos, que algunos vuelvan sobre sus valores y cultura partidaria, para reconformar uno o más proyectos políticos serios, verdaderos, para refundar y formar dirigentes nobles a principios e historias merecidas de ser vividas y no esto más parecido al pase de un jugador de un equipo de segunda división a otro que quiere jugar en primera, todos profesionales de los cargos potenciales, para poquitos, para la derrota fruto de la inexistencia de un proyecto político posible, amplio, generoso, bañado de gratitud y juventud.

Por estas razones, parciales y muy propias, seguramente, es saludable, que un conjunto de mujeres y hombres de la Argentina, hayan iniciado el proceso de conformación de un movimiento político verde, sin pensar tanto en el plazo de listas de mañana, pasado o el año próximo, sino pensando desde las propuestas concretas y sus acciones. Pensando y haciendo un país distinto, los pueblos apropiándose de sus conflictos y construyendo las soluciones desde los debates sociales y políticos en los territorios y en todas las escalas posibles, un proyecto político pensante por si mismo en la tierra, los ríos, los alimentos sanos y otros modos de hacer política educativa y unión sudamericana, no esta fiesta para unos pocos jugadores que se venden al mejor, creído, postor y que nada dicen o todo silencian sobre los gritos de la tierra, las corporaciones y su saqueo y la mega corrupción.

No resulta saludable, nada saludable, la militancia del fin de las ideologías, mejor en ese caso, si se lo comparte, ordenar la casa propia, restablecer la confianza, y recuperar los sueños y su utopía, para que la política deje de ser una empresa privada o un fideicomiso estilo sojero, destructor y simplificador y vuelva a ser la de aquellos viejos políticos de bien que caminaban por la calle, solitos con su alma, sin guardaespaldas, sin autos negros, sin matones, un poco como dicen algunos y fotografían otros, mirando hacia la margen Este del río Uruguay.

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