Julio María Sanguinetti se refirió hoy a la disputa que enfrenta a los gobiernos de la Argentina y Uruguay por el aumento de producción que el segundo habilitó a la pastera UPM, ex Botnia.
Consultado al respecto en Infobae, el dos veces presidente observó un “trascurso feliz para una negociación”. Se mostró escéptico respecto de que se pueda llegar a una solución en el marco de un diálogo “tan crispado”.
Para Sanguinetti, el resultado de la primera controversia binacional en torno a la instalación de la pastera en el río Uruguay, que determinó la creación de una comisión investigadora con representantes de ambas partes, “se suponía que terminaba las cosas, "porque no estamos en un conflicto de fronteras donde había sangre, (sino que) estamos hablando de un tema científico”. Pero no se logró. “Por eso no vemos cómo este conflicto puede resolverse en este clima”, observó.
A su parecer, “está claro desde los datos que UPM contamina por debajo de los parámetros máximos que se admiten”, lo que echaría por tierra los planteos argentinos. “Los números que presentó Timerman no es que sean falsos, es que los está comparando con un parámetro de máximos que no es el adecuado”, indicó, y detalló que el canciller compara “con el promedio del río, no del efluente” y “ese es el nudo de la confusión”.
Al referirse a la posibilidad de que Argentina cumpla su advertencia y decida acudir a la Corte de La Haya, explicó que habrá que atender a tres temas que surgieron de la decisión que emitió ese tribunal entonces: el cumplimiento de los plazos, la autonomía de los Estados para avanzar cuando esos tiempos ya fueron cumplidos y la contaminación. En los tres se mostró confiado de que Uruguay actuó correctamente.
En cuanto a la relación entre los presidentes José Mujica y Cristina Fernández (el primero dijo que esperará que su par se recupere de sus problemas de salud para avanzar en la negociación), Sanguinetti indicó que, tras el “entredicho” entre Néstor Kirchner y Tabaré Vázquez, el actual mandatario del país oriental apostó por una “diplomacia de camaradería”, que enseguida se chocó con problemas. Y ese punto mencionó otros episodios que generaron rispideces.
Con todo, Sanguinetti habló de una “realidad nueva” entre ambas naciones y evitó analizar cómo se “recanalizará la relación”. En ese marco, criticó también la actualidad del Mercosur, del que ambas naciones forman parte. “Está desdibujado, el comercio funciona de manera irregular y hace que el bloque languidezca”, completó.