Es llevada al cine la historia de los campesinos del monte chaqueño que pelearon por sus derechos durante la dictadura

“Hoy -agregó- parece ser que hace 40 años era utópico pensar en cambiar el mundo y lo que duele es el conformismo que nos abraza día a día y nos encuentra sin hacernos ningún tipo de pregunta sobre la realidad que nos atropella a otro tipo de escalas”.

La historia, plasmada en el libro “Monte madre”, de Jorge Miceli, empieza en la actualidad, cuando el matrimonio le regala a su nieta una libreta que registra los años de militancia de Remo, y a través de flashbacks se narran sucesos vividos durante la década del 70 en zonas rurales argentinas, para luego regresar al presente de una pareja que sigue con sus ideales intactos.

El también realizador de los documentales “Soy Huao” y “Arrieros” y de la ficción “Los Ángeles”, relató que cuando visitó a Irmina y Remo en su granja biodinámica descubrió que su lucha está latente, que hoy pelean por una vida mejor desde un punto de vida naturalista y transformador.

“Intentan concientizar a la gente con la sana alimentación, las nuevas formas de vida que tenemos que adoptar si no queremos que el planeta se desintegre en pedazos y ese presente está incluido en la historia, porque tiene absolutamente que ver con sus años vividos en el monte durante la dictadura”,señaló.

La cinta, cuyo rodaje se extenderá por cinco semanas, posee un elenco integrado por Lautaro Delgado, María Canale, Juan Palomino, Luis Ziembrowski, Julieta Cardinali, Juan Gil Navarro y Mónica Lairana, entre otros.

Baldana contó cómo surgió la idea de hacer esta película. “Estaba escribiendo un guión de ficción que tenía que ver con el hombre relacionado íntimamente con la naturaleza, y un amigo me alcanzó el libro “Monte Madre”, ya que podría ayudarme con la historia que estaba trabajando. A los pocos días me contacté con el autor, me compré un pasaje y lo conocí a él y a los protagonistas, Irmina y Remo. A partir de ese momento, les propuse la idea de llevar su historia al cine”, dijo. Y sobre el proceso narrativo contó: “Tuve tiempo para trabajar primero en la investigación, realizando varios viajes a Santa Fe y a Chaco, conociendo muy de cerca a este matrimonio. Una vez tanteado el terreno, me dediqué más de dos años a escribir el guión, tuve la suerte de poder dedicarle mucho tiempo al proyecto, y eso fue fundamental a la hora de hacer descansar las sucesivas versiones”.

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