
Acerca de los argumentos que dicen que si un joven a los 16 no está formado para asumir la eventual responsabilidad de un delito, tampoco lo está para votar, opino: “Creo que son dos cosas distintas, no hay relación directa ni necesaria entre ambas cosas”.
Dijo además que no cree que haya una exacerbación de los derechos de los jóvenes, explicó que lo que hay es “un uso exacerbado de los mismos”.
Consultada por APF sobre si el hecho de que una gran parte de los jóvenes de esa edad haya abandonado la escuela -aunque es obligatoria- no va en contra del argumento del proyecto que establece que están capacitados para elegir a sus representantes, respondió: “No comparto ese argumento. Por ejemplo, semi-analfabetos hay también adultos”.