
Acelerada. Parece tímida pero no lo es. Verborrágica. Mayda Cresto es Diputada Nacional pero antes tuvo otros cargos en la provincia. En esta charla con Análisis, habló de su amor por el Triatlón, de lo que hace en el poco tiempo que le queda libre y se emocionó al recordar a su mamá.
Claudia Martínez
(Especial para Análisis)
Concordiense hasta la médula, Mayda Cresto es Diputada Nacional, por la Provincia de Entre Ríos dentro del movimiento político "Somos Entre Ríos" del partido Justicialista.
La historia que figura en su blog dice que es “ Hija de Juan Carlos Cresto, quien fue 2 veces Intendente de la ciudad de Concordia, Senador, Diputado y Convencional Constituyente de Entre Ríos, y de Laura Elsa Martínez Pass quien fue Senadora Nacional y fundadora de Conased (Fundación Concordiense para la Acción Social y Estudios para el Desarrollo) en Concordia. Mi abuelo fue don Enrique Tomás Cresto, Gobernador de la provincia de Entre Ríos entre 1973 y 1976, derrocado por la dictadura militar que dio comienzo al Proceso de Reorganización Nacional. Estuvo preso durante 5 años y es el único héroe de la Resistencia Peronista”, agrega.
Además es hermana de Juan José, Enrique, Carina, Mariela, Carla, Juan Carlos, Francisco y Juan Cruz.
Pero ahora es mamá de tres que son grandes y que la llenan de felicidad a sus casi 50 años.
Sentada en su casa de Paraná, recibió a Análisis en su escritorio rodeada de fotos de su mamá y de su familia como así también de imágenes de carreras en las que ha competido.
Abogada y escribana, dice “a mi titulo lo tengo por ahí”, mientras busca en algún lugar el cuadro pertinente. “Ah no!, lo tengo el en Congreso”, recuerda.
“Estudié abogacía, porque en mi casa había que estudiar, por que lo decía mi papá. Mi padre quería ser arquitecto pero al final estudió otra cosa. Nosotros somos 6 hermanos todos profesionales. Enrique, Juan Carlos y yo somos abogados”, detalla.
“La realidad es que a la abogacía no me satisfizo. Cuando ganó Montiel estuvo feo todo y nosotros con mi marido estudiamos escribanía y somos profesionales. Durante 14 años tuve mi estudio jurídico con otras socias pero cuando ejercí la profesión liberal no la disfrute realmente, nunca me gusto” confiesa.
“La realidad es que si tuviera que elegir abogacía para estudiar no lo haría”, dice entre risas.
Respecto de los estudios y las carreras cuenta “le digo a mis hijos, que estudien como me dijo mi papa. Te forma, te sirve, el paso por la universidad te ayuda mucho. Yo hoy soy diputada nacional, y no es lo mismo ser legisladora si no entendés de leyes y tenés idea de lo que es el derecho argentino. Ser abogada es un plus”, comenta.
-¿Qué hubieras elegido?
-Y la verdad que no sé. Si vos me preguntas que me apasiona, que hubiera elegido, y …seguro sería algo que no me cansaría hacer. Mira, a mí me encanta relacionarme con las personas, con la gente, ayudar a las personas, involucrarme en cosas, que logres con otras cosas. Honestamente me gusta todo. Cuando me recibí fui secretaria del colegio de abogados, después de un club, en la secundaria era tesorera. Yo hacía campamentos en mi año de la escuela pero era líder de los más chicos, siempre me gustó esa movida de hacer cosas, de generar cosas. Y la política tiene que ver con esto, es otra herramienta importante, en mi casa se recibía mucha gente, se ayudaba.
Hoy son 9 hermanos, ella es la más grande de los seis de este matrimonio. Es una familia grande, muy unida: un clan de familia.
“A mí me da gracia que digan los Cresto en la política cuando somos Enrique y yo solamente”.
“Mi mamá siempre acompaño a mi papá. Ella tenía la fundación Conased que crearon con mi papá en el año 89, con grupos de mujeres solidarias teníamos más de 100 roperos en los barrios. Toda la vida vivíamos de casa a la fundación, cuando se ganaba o se perdía, trabajabamos igual. Muchas veces nos tocó estar fuera del gobierno”, recuerda.
Mayda, dice que no trabajó toda su vida en la política, que recién en el año 2010 fue directora ejecutiva del Becario durante 7 años, algo que había soñado desde siempre y que se dio después de hacer carrera en ese lugar.
Para muchos cuando recién se la conoció, Mayda era más un apodo que un nombre propio. Pero no. “Mayda era mi abuela, mi prima, mi tía y yo. Es un nombre familiar. Es un nombre alemán. Pero mi abuela era suizo francesa. Mi abuela tenía ojos azules pero mis hijos son todos de ojos marrones”, dice y agrega que se llama Mayda Rosana y que su abuela se llamaba Mayda Rosa.
(Más información en la edición gráfica número 1120 de la revista ANALISIS del jueves 6 de mayo de 2021)