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Victoria, corte de rachas y varias señales positivas

Ezequiel Ré



Una semana difícil después de la derrota con San Miguel. Los entrenadores de renombre para venir a apagar el incendio en Patronato, no daban señalas optimistas. Diego Pozo, desde Mendoza, avisó que estaba interesado, y ante la caída de las posibilidades de Lucas Bovaglio o Alfredo Berti, el ex arquero cerró el vínculo, al decir del presidente de Patronato, Dante Molina, en la previa del partido de este domingo ante Chacarita en el Grella, por la fecha 15 de la Primera Nacional. 

Pero, había que superar el partido ante el Funebrero para iniciar el nuevo proceso futbolístico con el nuevo DT. 

Dicen que, en la semana, el entrenador interino Marcelo Candia (logró el primer triunfo de un interino en el profesionalismo), habló mucho con los jugadores. Que la idea era ser más ofensivo, atacar por los laterales y que a esa intención se sumen los marcadores laterales. Descomprimir la idea de primero defender y si quedaba tiempo atacar, y proponer un partido de ataque por ataque, suponiendo que Chaca venía a ser protagonista. 

Y fue otro Patronato. Felizmente otro. Hubo concentración, firmeza en la marca, más juego asociado y aparecieron los goles. Y detrás de los goles, la victoria, cortando una racha de 9 partidos sin ganar. 

Con sello uruguayo y pregonando su velocidad y potencia, el uruguayo Fabricio Sanguinetti facturó por dos. 

El rival, con nombres importantes para la categoría generó algunas claras en el primer tiempo, pero el primer golpe de nocaut en el último minuto de la etapa inicial, le bajó las defensas. Y ante la segunda conquista jamás pudieron levantar la temperatura y terminaron perdiendo bien, ante un equipo que cambió el chip. 

Candia y su grupo autóctono en el cuerpo técnico se pueden ir tranquilos a descansar. Le cambiaron la cara al plantel y ese ánimo se traducirá en un mejor recibimiento al nuevo cuerpo técnico. Este equipo demostró estar para algo más que defender. Hubo juego asociado, y especialmente mucha actitud. 

Fue titular un pibe de la casa y fue figura: el volante Valentín Pereyra. Gonzalo Asís y Diego Martínez, no se cansaron de pasar al ataque y sumar. El Trencito Valencia se bancó doble marca y metió una asistencia de gol. Arnaldo González, jugó en equipo y prendió el ventilador ofensivo. Gustavo Turraca, es el cinco implacable que siempre se quiere en el equipo. Probablemente se deba trabajar un poco más cuando no se tiene la pelota y para que el rival no encuentre tantos espacios como ocurrió en el primer tiempo. Acaso Sanguinetti tenga que jugar decididamente de delantero para no tener tanto recorrido. Pero bienvenidas las mejoras. Y como plus, tuvo unos minutos un jugador de Liga. Valentín Villarreal estuvo en cancha unos 12 minutos. Suficientes para darse cuenta que tiene aplomo y jerarquía para seguir sumando minutos. 

Todas señales positivas y caras sonrientes. A veces lo mental es tan importante como lo futbolístico. Y la confianza se gana con fe, optimismo y sabiendo que la calidad está. Solo se trata de acomodar los tantos. Eso hizo Patronato ayer. Cortó la mala vibra y se fue feliz. 

No se cuánto cree la gente en las señales. Pero elijo creer. Que, en la misa de hoy en la Iglesia Santo Domingo Savio, a un banco de distancia se sentó un hincha del Patrón enfundado con una campera Rojinegra. Que en el mismo lugar me crucé con el implacable goleador de 2008 (ascenso al Argentino A), Cristian Pulga Díaz y hablamos del Patrón. Que se hizo el minuto de silencio recordando la memoria del médico del equipo Claudio Gregorutti. Claudio, estoy seguro, en el aire del Grella estuvo presente. 

Elijo creer en las señales. Las que otorga la fe y la que plasmó un plantel solidariamente responsable, para sacar adelante un momento duro, allanando el camino para el nuevo DT. Lo que crees, creas. Y Patronato quiere redescubrirse. Por todo eso, elijo creer.

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