Ejemplo de vida: el entrerriano Rodrigo López es sinónimo de superación personal

Alcanza con citar a grandes glorias de las ruedas finas como los recordados Remigio Saavedra; Juan Carlos Haedo; Marcelo Alexandre o actuales figuras como Edgardo Simón o Juan Curuchet para afirmar que la Argentina es una cantera inagotable de notables ases del pedal pero si se trata de premiar la fuerza de voluntad y la superación personal a través de la bicicleta, todos los aplausos corresponderían al joven entrerriano Rodrigo López, quien obtuvo la medalla de bronce en la prueba del kilómetro de la última edición del campeonato mundial de ciclismo adaptado que tuvo lugar a principios de octubre en la ciudad suiza de Aigle.

Surgido del semillero litoraleño de Colón, el embajador criollo en los Juegos Paralímpicos de Atenas 2004 también logró el cuarto puesto en la prueba rutera de pelotón y la octava posición en la modalidad contrarreloj, mientras que arribó sexto en la persecución individual disputada en el velódromo helvético levantado donde tiene sus oficinas la Unión Ciclística Internacional (UCI).

Fruto de rodar los 16,8 kilómetros en 27 minutos 35 segundos, el representante nacional se situó octavo en la crono donde cruzó la meta en 2 minutos 50 segundos del vencedor, el español y ex integrante del equipo profesional Kelme Costa Blanca, Javier Ochoa.

Por su parte, arañó el podio en los 46,4 kilómetros en pelotón -su especialidad favorita- ya que finalizó en 1h15m57s a tan sólo un segundo del tercero, Jako Nel, y a dos del segundo; Darren Kenny, se consigna en el portal www.eldepornauta.com.ar.

“Estoy muy contento por haber logrado una medalla de bronce ya que se trató de una pista que resultó más complicada de lo previsto, el piso era de madera y tenía doscientos metros de largo”, explicó López mediante correo electrónico dirigido al sitio antes mencionado.

Víctima de un virus infantil que lo mantuvo cuatro meses en coma, el único ciclista paralímpico del país se sobrepuso a sus problemas motrices y auditivos al punto que llegó a competir, y con éxito, frente a ciclistas convencionales de mayor edad y experiencia.

Verdadera fuente de inspiración, aseguró sentir satisfecho porque, más allá de los éxitos alcanzados, comprobó que su preparación había sido buena y pudo competir de igual a igual frente a los mejores ciclistas de Europa y los Estados Unidos. “Ahora sólo me resta seguir buscando apoyo para poder viajar a la próximas carreras”, se despidió este joven estudiante de sistemas que es entrenado por su propio padre en el asfalto de la ruta 14 y el óvalo uruguayo de Paysandú.

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