
Por Carmen Ubeda
(especial para ANALISIS, desde Santa Fe)
“… la mala distribución de la tierra es la causa de las desdichas, la miseria y la infelicidad. La desnudez está representada en toda su extensión: una triste choza apenas los libran de la intemperie y moran amontonados padres e hijos.” ¿Es el autor de estas líneas León Trotsky o Lenin o Fidel Castro o el Ché Guevara? Adivinanza para el lector. Incorrecto. Ni Karl Marx había nacido y menos alguno de los nombrados.
Corría 1810 y el hombre profesional, atildado, elegante y de voz aflautada, “habitué” de salones cultos y nobles, sin ninguna batalla en su haber se lanzó a defender la patria en las luchas por la independencia. No sólo calzó sable, también se embarró los pies conociendo las desdichas de los llenos de miseria. Aunque luego se aviniera a ideas republicanas, fue un convencido monárquico con la condición sine qua non de que esta monarquía estuviera ocupada por un representante inca. Monárquico y paradójicamente precapitalista, defensor férreo de la propiedad privada. “La falta de propiedad trae abandono y aversión al trabajo. El que no puede llamar suyo a lo que posee siente que no puede disponer de él. Mira con tedio el lugar ajeno.”
Estimaba que todo hombre debía ser propietario para valerse a sí mismo y servir a la sociedad. Impulsaba con firmeza que las propiedades no recaigan en pocas manos y sea infinito el número de propietarios, tal como en las naciones ilustradas. Más aun, sugería obligar a la venta de los terrenos sin cultivos y a que se promuevan nuevas poblaciones. “Para que dejen de avergonzarse aquellos que se esconden de sus conciudadanos por su miseria”, el filántropo aseguraba que tal situación se conseguiría si se les otorgaban propiedades.
Pensamientos en apariencia contradictorios de donde verdaderamente nacen las ideas más ricas: proponía la reforma agraria y al mismo tiempo la defensa irrenunciable de la propiedad para cada ciudadano. 200 años antes de que un insoportable cotorreo incapaz de la discusión creadora y del armado de un sistema lógico que aproveche la diversidad para lograr una síntesis, Manuel Belgrano ya acercaba un símil algoritmo para “sacar al pueblo del estado de miseria e infelicidad y para que entren al orden social los excluidos”.
Un diferente señorito en rebeldía
Hoy, el mismo cotorreo se encarga de detractar la figura de un joven hombre que exhibe licenciaturas, doctorados y maestrías, es docente universitario en dos facultades nacionales y tiene su propio estudio, que proviene de una familia acomodada y no necesita de la prebenda piquetera y planera. Un joven capaz de movilizar a 50.000 personas, creador de trecientas cooperativas de trabajo, merenderos, comedores, centros de capacitación.
Un joven ejemplar que camina 16 horas la villa, que no le hace asco a una remera ordinaria y que, más allá de estas anécdotas, consideró los planes sociales como una catástrofe para los desempleados. Nunca fue K, por el contrario, implacablemente crítico (para calmar a los que se sienten molestos), aunque ahora se haya visto en la necesidad de integrar con su agrupación Patria Grande el Frente de Todos.
Estos referentes sociales, políticos, periodistas, que hoy se rasgan las vestiduras teatralizando un miedo mentiroso, pretenden de cualquier forma que el ciudadano medio relacione las palabras del joven luchador con esa otra también inexistente: comunismo.
Usan indiscriminadamente el lugar común que tilda a cualquier Manuel Belgrano al que reducen a la “estampita” del prócer arrodillado frente a un paño azul y blanco con vetas de sangre en las barrancas de Rosario, se refieren a las “pretensiones más o menos santas” de los ´70. No se atreven a la palabra ideología porque, sin dudas, deben ser “fans” de Fukuyama.
Es tan inútil reeditar las utopías de una época como tan necio negar que las ideologías mutan, fluctúan, evolucionan (en ciertos sectores involucionan, ése es el verdadero peligro), pero siguen vivas. Estos mensajes pertenecen a emisores de la segunda y tercera edad generalmente que temen alguna suerte de pérdida en sus estatus quo o lo que es peor desprecian la juventud y disfrazan su resentimiento con anatemas políticos demoledores.
También hay un exceso de jóvenes viejos que no hilvanan dos ideas nuevas y ven más peligroso a un muchacho con valores que a un narco de Recoleta. Juan Grabois es un joven al que hacen muy bien en envidiar: de una inteligencia singular y de una vocación de servicio indiscutible.
Cada uno de sus actos da muestra de su entrega a las creencias que profesa: la caridad, el perdón y la búsqueda de la justicia. Para sus irritados depredadores, es un cínico provocador ¿también Belgrano será considerado así?
Amantes del golf vs. Oxford
Algunos señores y señoras “de vida holgada” que tienen la ventaja de verbalizar públicamente, suelen tomarse de tanto en tanto días sabáticos entre sus ajetreados “business” para practicar su deporte favorito. No lo hacen en los ondulados verdes nativos. Se trasladan a la isla anglosajona. Si con gesto despreocupado visitaran Oxford, esa casa de altos estudios tan preciada, podrían enterarse de la existencia de OXFAM (una confederación internacional promovida por la sobrevalorada universidad que reúne a diecisiete organizaciones no gubernamentales destinadas a combatir el hambre y a promover labores humanitarias). Una de sus premisas fundantes es la de asegurar que la desigualdad se determina según sea el acceso a la tierra. Otros compatriotas que pueden expresar sus ideas a grandes sectores, a los que no les interesa tanto la bola en el hoyo, podrían instruirse sólo con hojear los documentos emanados de DABOS 2017.
El lector habrá escuchado hasta el hartazgo quiénes son los ocho más ricos del mundo, dedicados a la informática, las finanzas y la empresa textil. Los datos los obtuvo OXFAM con los 32 más ricos frente a los 300 millones más pobres de América Latina.
¿Motivos?: la posesión de la tierra. No se puede encontrar entre los miles de adjetivos con los que cuenta el idioma castellano, uno que califique el reparto de la tierra ya que el 1% tiene más de la mitad de la superficie productiva del planeta. No fueron el RAM mapuche ni los cuatro anarquistas porteños ni los indignados españoles ni los separatistas catalanes los que atribuyeron a esta situación la causa del recrudecimiento de la violencia: fue OXFAM. Respecto de Argentina, la concentración de la tierra es diez veces mayor que la de los países hermanos y superior en un 30% a África y a Asia.
La misma organización asegura que es imposible saber con certeza quiénes son los dueños de la tierra porque todas son transacciones oscuras (se recordará que el saliente mandatario quitó restricciones a la venta de tierras a los extranjeros). Lo que sí afirman categóricamente es que los pequeñísimos propietarios utilizan menos del 13% de las tierras productivas del planeta. Cada uno con menos de diez hectáreas. El estudio y su difusión contienen datos más precisos, pero demasiado técnicos. Aun así, cada descripción se remata con las palabras claves de la injusticia: violencia, desigualdad, ignorancia. ¿También OXFAM es una organización provocadora?
Las voces de la jungla
Juan Grabois expresó con un lenguaje doméstico y casual que “hay mecha corta, no sé si aguantan otra decepción… le doy cien días a Fernández”. Todas las voces de la jungla se hicieron notar superpuestas, escandalizadas y acusadoras. Juan Grabois estaba amenazando al presidente electo. Son señores y señoras que no conocen el barro, sólo el rocío del césped entre los hoyos y las bolas. Este fiel representante de sus representados y de su juventud (etapa vital encargada de transformar la historia) advierte porque analiza, porque experimenta, porque reflexiona y vive la realidad social, porque establece comparaciones con los pueblos de la región que empezaron a demostrar su cansancio. Porque piensa, un hábito en desuso y no sólo entre los vulnerables.
En tanto, los señores ya caracterizados habrán por lo menos accedido en vuelo rasante al último boletín de Techint (no sólo los humildes leen poco y nada) ¡Techint!
Sobre desigualdad en la economía global. El texto es prepotente desde el comienzo: el 15% de la humanidad vive en el siglo XXI, el resto oscila en su mayoría en el XIX y otros, no alcanzan al XVIII. Para el texto, el mundo se divide en los que tienen y los que no tienen. La desigualdad global exhibe extremos. Y aquí surge otra de las palabras claves en este artículo: la concentración del capital. El poder está en manos del capitalismo plutocrático o, para el autor de este informe, Branko Milanovic, la mayoría de los países del planeta están actualmente bajo dictaduras de la alta burguesía (para quien escribe, en Argentina este tópico constituiría una larga discusión: “¡ojalá!” el país hubiera conformado una fuerte burguesía nativa).
En tanto, el 46% de la riqueza del mundo pertenece a 28 millones de personas.
Por este motivo, la concentración, las demandas serán cada vez menos viables para el economista serbio. Según la interpretación de estos datos, los partidos de derecha ganan espacios por la desigualdad y por la falta de poder económico, no por las migraciones.
Nunca ha habido tanta desigualdad aún en los países desarrollados. Los ingresos en China e indonesia son impresionantes, rebalancean el mundo y profundizan la desigualdad. En Argentina, 1000 personas poseen 30 millones de dólares sobre un total de 140.000 millones. El 1% acapara el 33% del territorio. Ese 1% aumentó su riqueza en un 60% en la última década. Ese mismo 1% tiene alrededor de 22 mil hectáreas cada uno. Aunque el investigador serbio centre las soluciones en un acceso igualitario a la educación, adelanta algunas propuestas, advirtiendo severamente que lo que propone no es comunismo: una reforma impositiva, un impuesto a la herencia y la distribución de la propiedad por reparto de acciones. También asegura que estas medidas podrían aplicarse sin abandonar el capitalismo, con un nivel de desigualdad aceptable no contradictorio.
“Los Grabois de la vida”
¿Encuentra el lector en estas recomendaciones alguna semejanza con los dichos de “los Grabois de la vida” (sic Miguel Ángel Pichetto)? Permítase una incontenible digresión: aceptado que el expresidente del bloque justicialista haya cruzado la grieta de un tranco, pasándose convencido al frente adversario, su inclinación cada vez más patente hacia conceptos de la derecha, en estos espacios se lo respetó por su calidad argumentativa. No obstante, sus últimas declaraciones lo muestran deshonrando su inteligencia, cegado como buen converso y sesgado como buen operador. Gracias debiera darle a “los Grabois de la vida” que, desechando los privilegios de escaños o escritorios, trabajan sin pausa por la paz. La tan mentada gobernabilidad se debe más a los, muchas veces, repudiados movimientos sociales que a las operaciones de una fachada institucional. No agradecen ni perdonan. Hay hipérboles propias de la juventud y de un férreo sentimiento de justicia. Cuando el serbio ha venido al país, todo el círculo rojo se inclinó frente al académico aunque los sapos se les atravesaran en la garganta.
Frente a un chico de Villa Adelina con territorio, con representados, con ideas, con realizaciones, con propuestas se escandalizan cuando al igual que Milanovic, afirma que Argentina está en una situación tan catastrófica, similar a la África subsahariana. Su propuesta es idéntica a la de Belgrano, aunque hayan corrido 200 años: la distribución de la tierra y de la población en el territorio. Esta propuesta ampliamente fundamentada en su video que debió poner en “no disponible” después de las repercusiones de los panicosos, daría lugar a dos reformas urgentes: la agraria (no es comunismo, es capitalismo, en tanto las tierras serían pagadas a precio del mercado por sus propietarios) y la urbana, recuérdese aquí al padre de la Constitución Argentina cuando dijo “gobernar es poblar”, pero en ningún momento amontonar como ocurre en el conurbano bonaerense cuya proporción es casi una persona por metro cuadrado (ejemplo típico de Tapiales) o, en el mejor de los casos, 15 mil personas por kilómetro cuadrado en la ciudad de Buenos Aires. Grabois recurre a leyes del mundo desarrollado: Londres y Sidney cuentan con ellas. Esta reforma implicaría la creación de cien polos agroecológicos para producir insumos sin tóxicos, integrando a los pequeños productores y a los neorrurales. También propician leyes de protección para los cinturones verdes de las ciudades contra los negocios inmobiliarios de los barrios cerrados.
De acuerdo con sus especulaciones basadas en un profuso sostén teórico y empírico, 200.000 personas, por lo menos, volverían al campo. En el simple lema de las TTT engloba un sin número de soluciones. Frente a tanta vacuidad, inconsistencia o nulidad de propuestas, previo calmar el susto, podrían estudiarse estas sugerencias.
Ni quien escribe, menos aún los lectores, ni Juan Grabois, ni los futuros funcionarios son ingenuos. Este documento podría ser una de las tantas bases de propuestas a tener en cuenta por los equipos técnicos de F². Nadie puede ignorar que las negociaciones, operaciones, conciliábulos resultarían sumamente arduos y vidriosos dada la naturaleza y los genes latifundistas de este país, pero vale la pena intentarlo. Si se hace un cálculo ligero sobre la base de la propiedad de la tierra hoy, estos señores y sus ad láteres no deberían asustarse y cerrar con tranqueras los ríos ya que esta expropiación se reduce a la metáfora de ceder un tramo de vereda en la casa de cada argentino para salvar la economía apagada del país. De lo contrario, se tomarán las medidas “sanitarias” de siempre para limpiar un poco la casa o se seguirá recurriendo a la asistencia social que no permite el desarrollo y luego se volverá a otra crisis. Como dice Grabois, los planes son una prima para que no haya conflictividad, pero no alcanza. También en Argentina, específicamente en la provincia de Santa Fe, hay antecedentes en estrecha relación con el plan de Grabois. Un proyecto del justicialismo con apoyo del socialismo que no pudo superar el cuello de botella legislativo (¿dónde estaba el “progresismo”?). Consistía en 30.000 hectáreas de El Nochero para colonizar, previa confección de padrón de beneficiarios mediante el modelo de trabajo asociativo con un equipo técnico gubernamental junto con el INTA para determinar la producción. ¿Dónde estaban los progresistas de la Cámara baja cuando todas las fuerzas parecían estar de acuerdo?
El elogio de la juventud
Juan Grabois depuso su libertad ideológica para conformar un espacio político con el fin de que el ideario de miles tuviera representación legislativa (logró once bancas). ¿Incidirá esta presencia en las decisiones que busca? Como se verá, en la provincia de Santa Fe, no alcanzó con la media sanción del proyecto de Hugo Terré.
Esta sería la única crítica para el creador de la CTPE: no intentar la participación de grupos y movimientos de todas las provincias.
Sería motivo de otra investigación averiguar las causas por las que esta provincia pionera del mutualismo, del cooperativismo, con ubicación en los primeros lugares del mundo, tiene tan escasa ingerencia nacional. Existe un modelo santafesino que va más allá de gobiernos y signos políticos, generados en la sociedad civil desde la inmigración que el puerto y otras provincias ignoran y que los mismos comprovincianos no se encargan de difundir y alentar.
Tuvo que ser un semidesconocido periodista porteño, Mauro Aguilar, el que reconociera la dimensión de aquellas iniciativas cuando tituló una columna con “El paraíso está en Santa Fe”. Otros observadores extranjeros dirían “Argentina desesperadamente necesita un programa así”. Se trata de la fundación suiza Es Vicis que seleccionó al pequeño pueblo de Colonia Belgrano, provincia de Santa Fe, con sólo 1300 habitantes, para concretar un emprendimiento tan sencillo como original. La elección de la provincia de Santa Fe no fue casual. Los observadores estudiaron el país entero y optaron por una provincia con historia conocedora como ninguna de estos emprendimientos. Integrantes de la Fundación, Presidente comunal y técnicos formaron una comisión y pronto pusieron en marcha el plan “Bienvenidos a mi pueblo”.
En principio, consistió en la selección de los quince mejores proyectos laborales de familias trabajadoras desfavorecidas por la vida urbana. Esta comisión elaboró también un plan de sostenibilidad para los recién llegados con capacitación, entrenadores y la creación de un fondo para micro créditos. Hoy ya existen inversiones para viviendas con créditos a tasa cero. Los mencionados emprendimientos están en marcha con resultados altamente positivos (pequeñas empresas de informática, fabricación de alpargatas, otros servicios) que han logrado incorporar más de cincuenta empleados e incrementar el poder adquisitivo de las familias en un 40%. Se afincaron quince, pero se anotaron siete mil familias con propuestas. A partir de la difusión en el resto del territorio nacional, más boca a boca que por la prensa, hoy expresan estar en condiciones de recibir nuevas familias 2500 pueblos argentinos. La Fundación tendrá sus fuertes razones para querer repetir la experiencia en otros lugares de Santa Fe. Se conoce que muchos proyectos presentados en primera instancia y en la actualidad son de carácter agrícola y la Fundación está trabajando sobre ellos. Claro, son señores y señoras suizos y no uno de “los desprolijos Grabois de la vida que atrasan con sus discursos comunistas”. Así como el lugar común asegura que del ridículo no se vuelve, tampoco de la bravuconada y esta vez Pichetto, lamentablemente, incurrió en los dos. No se puede agraviar, también con palabras “prehistóricas, a un joven de tal calidad intelectual y humana como se ha dicho.
Más aun, cuando es capaz de movilizar multitudes y quien lo agravia no puede juntar a tres en un ascensor. También la soberbia y el aislamiento le llegó a un hombre que, a pesar de su cambio, era en general muy respetado, además de un discreto sector del peronismo. Un país que no encomia las ideas innovadoras y bien calculadas de los jóvenes se está muriendo.