El gobierno admitió la existencia de al menos 1.600 casos de hepatitis A en la provincia

El brote de hepatitis A que estallara hace un mes en la zona oeste de la ciudad de Paraná tiene hoy un número de afectados que superar las 1.600 personas. Este diagnóstico se desprende de un informe oficial que además señala que hay un “lento retroceso” de la enfermedad, aunque admite que hay condiciones sanitarias que posibilitan la propagación del brote. Desde los centros de salud mostraron su preocupación por la expansión del virus.

El bioquímico Daniel Verzeñassi, integrante del Foro Ecologista, muestra un prolijo rastrillaje y dice que ya se han detectado 16 focos de la enfermedad en puntos tan disímiles como Villa Mabel, y los barrios Giachino, 25 de Mayo, Belgrano, Bajada Grande y Maccarone.

La razón para la propagación de la enfermedad se debe, dicen los profesionales médicos, a la existencia de condiciones sanitarias deficientes —como la falta de conexiones cloacales, y consecuentemente el vuelco de aguas servidas a la calle, caldo de cultivo del virus que transmite la hepatitis A—, situación que fue advertida por la Secretaría de Salud. En un informe elaborado por agentes sanitarios, se detectaron las fallas existentes y sus resultados serán elevados al gobierno de la ciudad para que “considere el trabajo en cuanto a lo que hay que hacer como base de la problemática de la hepatitis”, según señala el texto.

El diagnóstico que maneja el Gobierno provincial, de todos modos, habla de que “lentamente va disminuyendo el brote de hepatitis en el medio de la endemia que se extiende en el corredor Santa Fe, Corrientes y Entre Ríos”. Oficialmente, se indicó que en base a un informe elaborado por la ministra de Salud y Acción Social, Graciela López de Degani, en Paraná, desde el 1º de enero hasta la fecha, hay 594 casos notificados”, de los cuales 156 se registraron en el Centro de Salud Ramón Carrillo, del barrio San Agustín. En el resto de la provincia, observa el informe oficial sobre la enfermedad, la cifra llega a los 1.100 casos.

El documento sostiene que “a partir de un análisis de las curvas epidemiológicas, la mayor cantidad de casos se registró a fines de marzo y comienzos de abril”, con lo cual “lentamente va disminuyendo este brote en el medio de la endemia que se extiende en el corredor Santa Fe, Corrientes y Entre Ríos”.

Sin embargo, la opinión que se halla en los centros de salud es otra. La doctora Silvia Pedrotti, directora del Centro de Salud Cecilia Grierson, del barrio Mariano Moreno, dice que, aún en forma esporádica, los casos de hepatitis A continúan apareciendo. “Está claro que es una situación totalmente distinta a la que ocurrió en el barrio San Agustín, pero en esta zona las condiciones sanitarias no son distintas; acá hay contaminación por pozos negros, por basurales, por falta de baños”, indicó.

El director del Centro de Salud Jorge Newbery, Guillermo Zanuttini, indicó que en esa zona los casos de hepatitis A comenzaron en el último trimestre, con un promedio de 7 por mes. “Ante esto, lamentablemente siempre llegamos tarde con las medidas, siempre atrás de los casos. Lo que pasa es que hay mucho deterioro de la calidad de vida porque es una zona con muchas dificultades, lo cual nos pone a una realidad concreta y es que estamos frente a una epidemia, y ante una epidemia lo que correspondería hacer es una vacunación, pero las vacunas sólo llegan para chicos de 1 a 5 años que estén en jardines maternales, y a nosotros todavía no nos llegó ninguna dosis”, puntualizó el profesional.

Un cuadro menos alarmante pintó Nicolás Roldán, titular del Centro de Salud Corrales —un sitio donde al mes se realizan 22 mil prácticas médicas y que atiende a una población de 22 mil habitantes—, donde de enero a la fecha se han notificado nada más que 13 casos de hepatitis. “La enfermedad se ha frenado un poco en estas últimas semanas. Pero no sé si está controlada, lo que vemos es que no se reportan nuevos casos”, observó Roldán.

Según pudo saber El Diario, el foco infeccioso tiende a crecer también en la zona de Bajada Grande, donde el Hospital Gerardo Domagk ha registrado ya 25 casos, y en las últimas semanas se han reportado 6 más. Allí, el rastrillaje se viene realizando con agentes sanitarios y beneficiarios del Plan Jefes y Jefas de Hogar, y han comprobado que la enfermedad golpea con más fuerza en los barrios Alloatti, Mosconi y Kilómetro 3. En esta última zona, un mapeo sobre 105 familias, permitió determinar la existencia de 17 casos de hepatitis A.

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