“Que se haga justicia y que se juzgue”, pidió el ex rector del Seminario de Paraná y obispo de Reconquista, Alfredo Dus

“Que se haga justicia me parece importante, y que se juzgue, también. Siempre debemos buscar la verdad, que es la luz y lo que nos ayuda a caminar evangélicamente”, dijo Dus a El Diario. Pero enseguida aclaró: "Hay que distinguir que lo que hay en la Iglesia es una investigación en un fuero eclesial. Es distinto del juicio en la Justicia, que habrá que ver cómo termina”.

El proceso canónico contra Ilarraz, que ahora se tramita en Roma, arrojaró una sanción, que podrí­a ser reducirlo al estado de laico, con lo cual dejarí­a de ser sacerdote; pero no va más allá.

Dus, considerado uno de los biblistas más prestigiosos del paí­s, nació en San Lorenzo (Corrientes), en 1956, pero fue bautizado en Villaguay, y creció en Paraná. Fue ordenado sacerdote el 8 de diciembre de 1980 –tres años antes que Ilarraz– por el ex arzobispo Adolfo Servando Tortolo, y entre otros destinos, estuvo en la Basílica Nuestra Señora del Carmen, de Nogoyá y en la Catedral de Paraná, y luego viajó a Roma, donde en 1989 se doctoró en Sagradas Escrituras.

A su regreso, entre 1989 y 1993 fue profesor en los seminarios de Santa Fe y de Paraná. Entre 2000 y 2005 fue rector del Seminario de Paraná. En 2005, Benedicto XVI lo designó obispo auxiliar de Reconquista, y dos años después suplantó al diocesano Andrés Stanovnik, y se convirtió en obispo titular. Su ordenación episcopal tuvo lugar en Paraná, y fue la primera en años.

La denuncia

El caso Ilarraz salió a la luz pública el jueves 13, cuando la revista ANALISIS publicó en su portada la historia de abusos ocurridos en el Seminario de Paraná entre los años 1984 y 1992. “El abusador que ocultó la Iglesia” fue el tí­tulo de la nota que dio cuenta que la Curia “nunca denunció ante la Justicia el abuso cometido por un cura del Seminario Menor. Por lo menos 50 chicos de entre 12 y 14 años, quienes recién empezaban su carrera religiosa, fueron violados entre 1984 y 1992 por el entonces prefecto Justo José Ilarraz, oriundo de la capital entrerriana”.

La situación habí­a sido alertada por el hoy arzobispo Juan Alberto Puiggari ante el entonces jefe de la Iglesia paranaense, Estanislao Estaban Karlic, y lo que siguió fue la sustanciación de un juicio diocesano contra Ilarraz, a cargo de una comisión compuesta por los sacerdotes Silvio Fariña, hoy párroco de la Catedral, y Alfonso Frank, ex formador del Seminario, actual vicario general de la Diócesis de Concordia. Pero no hubo sanción; Ilarraz viajó a Roma en plan de formación, y luego fue excardinado de la Diócesis, y se instaló en los últimos años en Monteros, Tucumán.

Aunque por pedido expreso de Puiggari y del obispo de Concepción, José María Rossi, su superior en la provincia norteña, fue suspendido como sacerdote hasta tanto concluya el proceso canónico en su contra que se lleva adelante en Roma. Esa tarea comenzó luego de que el actual arzobispo de Paraná resolviera desarchivar la causa, y citar nuevamente a las víctimas para dar su testimonio.

Otros casos

Pero dos décadas después, el caso del cura pedófilo sigue siendo tabú para buena parte del clero paranaense, y después de que estalló el escándalo pocos se atreven a hablar públicamente del tema. En cambio, Dus, ahora con rango episcopal, aceptó la entrevista.

Dus dice que lo conoció a Ilarraz, aunque tuvo un trato distante. “El estaba en el (Seminario) Menor, y yo terminando el (Seminario) Mayor; después yo me fui, estuve en Roma, estudiando, y cuando volvió, en 2000, él ya no estaba. En ese tiempo que yo no estuve en Paraná, quedó como formador. En aquel tiempo algo se decía, pero no mucho. Se sabía, que el padre (Alfonso) Frank, que era vicerrector, llevaba adelante un juicio, pero nunca supimos cómo terminó”, explicó el obispo de Reconquista.

Después que el caso tomó estado público, se habló mucho respecto de la formación en el Seminario. ¿Este es un hecho aislado?

–Ciertamente, es un hecho aislado. De todos modos, evidentemente esto afecta la imagen del Seminario. Aunque me parece que la situación afectará más o menos depende cómo termine todo esto. Pero esto es algo excepcional. En el Seminario siempre nos hemos preocupado por ser coherentes, por brindar una educación adecuada, ayudar a los chicos, acompañarlos. Evidentemente, esto está dentro de las excepciones.

¿Considera que habrá consecuencias, por ejemplo en la reducción de vocaciones religiosas?

–Habrá que ver. Nada es indiferente. De todos modos, no hubo merma de vocaciones después del caso Grassi; ni tampoco lo hubo luego de lo que ocurrió en Santa Fe. De todos modos, consecuencias habrá. No quiero decir que no. Pero tampoco determina el camino de una vocación este tema. Hay gente que mas allá de todo eso, reconociendo que hay dificultades y debilidades en la Iglesia, entiende que el motivo de estudiar en un Seminario no es la santidad, sino obedecer al llamado que uno siente que recibió.

El dato

Justo José Ilarraz tiene 54 años. El cura nació en Paraná, el 9 de julio de 1958. En esta ciudad todavía tiene familiares, entre ellos su madre.

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