
Una idea o postura ideológica pueden ser dichas de distintas maneras, por distintas voces. El límite sólo existe en la mente, y el compromiso ante la realidad política y social sólo se discute en el corazón de cada persona. La honestidad es el primer elemento con el que debe juzgarse toda manifestación, en este caso artística, que ponga en juego la relación de una persona con otros, con su realidad. El humor, la danza, la música, son simplemente otros elementos de denuncia, pancartas y megáfonos amplificados a los oídos del público en forma de teatro.
Situada en la última dictadura militar en la Argentina, tanto la obra de Gastón Cerana como su adaptación a cargo de Compañia Teastral, toman este marco espacio – tiempo como disparador para denunciar que la represión de las libertades, la pérdida de la identidad y de la subjetividad, la violencia y los abusos de poder en la política y en lo laboral, no se agotó con el regreso de la democracia en 1983, sino que por el contrario, se profundizó y extendió a todos los sectores de la sociedad hasta nuestros días.
Radiomensajes es sólo una forma más de repudiar las distintas maneras de alienación de las personas en la sociedad moderna. La calidad de las actuaciones, dirección, puesta y música original, quedan a consideración de cada uno, teniendo en cuenta que no existen voces calificadas por sobre otras que merezcan el regalo sagrado de nuestro silencio.
Teniendo en cuenta también que el público es el único dueño de su libertad para opinar, criticar, aplaudir de pie o retirarse de la sala durante la función. Quedando a disposición del juicio de cada uno, de la libertad ejercida de cada uno, los esperamos en cada una de nuestras funciones.
Con la dirección de Marcelo Estebecorena, música de Luciano Mete, fotografía de Julián Villarraza, gráfica de Herminia Bento y técnica de Vanesa Pressel, actúan Paula Righelato y Ezequiel Caridad.