
Una decisión que tiene que ver con una idea determinada en cuanto a conceptos de juego para dotar a los equipos con mayor despliegue ofensivo y táctica vertical; organización y estructura con menor cantidad de equipos representativos (se eliminará la línea B de la Rosarina) y una selección más puntual de jugadores para sumar a los planteles que serán más reducidos.
La decisión de cambio para el 2016 está tomada y el entrerriano José Antonio Chamot asumirá enseguida el cargo y estará al frente de los chicos cuando todas las categorías regresen de las vacaciones después del 10 de enero. En cuanto al motivo de esta variante en la conducción y con un análisis de lo que fue el 2015 y lo que se viene, lo explicó el directivo Auriazul Fabio García (secretario de actas).
“Chamot ya venía viendo los trabajos de los técnicos y profesores de las inferiores, presenciando las jornadas de AFA y en las charlas que mantuvo con Grossi coincidieron con el cambio de filosofía de juego a la que aspiramos todos los Canallas. Queremos ver a un Central siempre ofensivo, protagonista, con equipos más verticales y darle la impronta de la primera división que impuso Coudet, con un 4-3-1-2 o un 4-3-3, que es la que también le gusta al hincha”, señaló el dirigente.
Claro, con el ingreso del Flaco se producirá la salida de Daniel Teglia, quien estaba en el club cuando asumió Grossi al mando de la estructura de las inferiores Auriazules. Es que difícilmente el ex volante ofensivo del Central de fines de los ‘70 continúe como técnico de alguna categoría. Y esto no se debe a que haya hecho un mal trabajo sino que en Central buscan otro perfil, y es el que aportará Chamot con su experiencia internacional adquirida a lo largo de su trayectoria futbolística.
Y con esta variante se verán las restantes, porque el proyecto 2016 va más allá. En primer lugar la reducción de futbolistas en los planteles, ya que al eliminar una rama de inferiores (Central B) en la Liga Rosarina habrá menos jugadores.
“Cuando llegamos, a un mes y medio de finalizar el 2014, nos encontramos con 1.200 chicos fichados y eso no nos sirve a nosotros ni a ellos. Por ejemplo, Boca, Lanús y Vélez tienen como máximo entre 500 y 700 entre todas las divisiones, y esto lleva a que no todos puedan tener sus lugares y que se les presente la atención necesaria para el crecimiento, como además influye a la hora de cuidar los pisos de las canchas por la cantidad de prácticas y partidos que se desarrollan en ellas”.
De esta manera, quedarán las líneas de inferiores de Rosarina (4ª a 9ª, más la 1ª Local, 10ª y Predécima) y la de AFA (4ª a 9ª), a lo que se sumarán tres líneas de infantiles (no es el Baby Fútbol, sino Prenovena, Décima y Predécima) para que los chicos compitan con los clubes de Buenos Aires, que es algo clave para el fútbol de inferiores que se vive en la actualidad.