Murió monseñor Ubaldo Calabresi, ex nuncio apostólico en la Argentina

El ex nuncio apostólico en la Argentina, Ubaldo Calabresi, quien durante su larga gestión de casi dos décadas aquí fue protagonista de hechos importantes para la Iglesia católica, como las dos visitas de Juan Pablo II, murió hoy en Roma a los 79 años. La muerte del prelado, quien se desempeñó en la Argentina como nuncio durante 19 años, tomó de sorpresa al Arzobispado porteño, pues ayer se había comunicado telefónicamente con el cardenal Jorge Bergoglio, a quien le expresó: "acabo de celebrar la misa y estoy feliz". El prelado era un estrecho amigo del ex arzobispo de Paraná, monseñor Estanislao Esteban Karlic.

Según se informó, es probable que los restos de Calabresi sean enterrados el próximo jueves en Italia, y ese día, a las 18:00, el cardenal Bergoglio presidirá un solemne funeral en la catedral metropolitana.

Nacido el 2 de enero de 1925, Calabresi fue ordenado sacerdote el 27 de marzo de 1948, en tanto que en 1953 ingresó en la Secretaría de Estado del Vaticano. La prolongada y prolífica labor del Nuncio Apostólico en la Argentina fue la más larga de su carrera diplomática, durante la cual las relaciones de nuestro país con la Santa Sede
transcurrieron en recíproca colaboración.

Durante su gestión se crearon las nuevas diócesis de Puerto Iguazú, desmembrada de Posadas (1986,'); Alto Valle del Río Negro y San Carlos de Bariloche (1993), desgajadas de la de Viedma; y Merlo-Moreno, desprendida de Morón (1997). El 2 de marzo de 1984 la diócesis de Resistencia fue elevada a arquidiócesis y el 21 de noviembre de 1997 lo mismo sucedió con la de Mercedes-Luján.

Durante la gestión de monseñor Calabresi hubo dos visitas papales a la Argentina: en 1982, en plena guerra del Atlántico Sur; y en 1987, ya consolidada la paz en las Malvinas y superado el conflicto del Beagle.

El 18 de marzo de 1998, en la Casa Rosada, al cumplirse 48 años de su primera llegada al país y en coincidencia con el cincuentenario de su sacerdocio, Calabresi fue condecorado con la Orden del Libertador General San Martín, en el Grado de Gran Cruz, por el gobierno argentino que encabezaba Carlos Saúl Menem. En la oportunidad, el entonces presidente lo calificó como "una personalidad ilustre que honra a nuestro país y a nuestra Iglesia", que "ha recorrido todos los caminos más altos del sacerdocio y de la argentinidad".

En homenaje a sus bodas de oro sacerdotales, la arquidiócesis de Buenos Aires testimonió su gratitud a monseñor Calabresi con una misa que, presidida por el Nuncio Apostólico, se llevó a cabo en la Catedral Metropolitana, el 15 de mayo de 1998. En una misa concelebrada por 60 obispos y más de 100 sacerdotes para despedirlo de la Argentina, el 28 de abril de 2000, el entonces titular de la Conferencia Episcopal Argentina y en ese momento aún arzobispo de Paraná, monseñor Estanislao Karlic, agradeció a monseñor Calabresi.

"Gracias por todo lo que hizo por el Episcopado argentino, por los sacerdotes de toda la Nación, a quienes ha querido profundamente, y por la vida consagrada en todas sus manifestaciones", dijo entonces Karlic. Por su parte, el homenajeado reconoció que "antes de dejar definitivamente el país, he sentido la necesidad de volver a este templo esplendoroso para cumplir una deuda de gratitud y susurrar a los oídos de María una sola palabra: ¡Gracias! Gracias por el materno amparo que Ella me ha brindado en toda circunstancia".

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