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Panorama: campaña de cruces controlados a la espera del error ajeno

El presidente anticipó una jugada que condiciona octubre.

El presidente anticipó una jugada que condiciona octubre.

Por el momento, cada uno con los propios. Sin mayores roces. Los espacios políticos entrerrianos, que se enfrentarán en octubre, transitan la coyuntura con identidades diluidas y algunos inconvenientes. Van plantándose como pueden, no como querrían. Tendrán que romper el hielo y captar la atención en un ambiente refractario y de escasa participación, si es que -finalmente- quieren salir airosos. El elector está desangelado. Todo se ha vuelto novedoso y volátil. El escenario -con actores por definirse- se va reconfigurando de manera drástica. Veloz. Se convirtió, sobre todo después de los anuncios del presidente Javier Milei, en el primer paso del camino a las presidenciales del año 2027.

El puntapié

Cuando el presidente Javier Milei afirmó, en un canal de streaming, que iba a ser reelecto en 2027, dispuso que todas sus acciones u omisiones, pasen a ser parte de una campaña con ese objetivo. No podrá culpar a nadie, él empezó.

Sus decisiones, personales y políticas, están teñidas desde aquí con especulación, no como resultado de un análisis interesado de los adversarios, sino porque su palabra determinó el contexto.

Quien debe gobernar para todos, se embarcó en aquello que dice rechazar. Se movió, deliberadamente, en modo casta, buscando aferrarse al poder.

Aplicando antiguas categorías podría decirse que un poco de hubris (la hubris​ es un concepto griego que puede traducirse como “desmesura” del orgullo y la arrogancia) no se le niega a nadie. Pero, más allá de la ironía, nos pone a todos en una posición peligrosa, ampliando la desconfianza con sus opositores.

Posiblemente algo parecido ocurra con aquellos que, por razones institucionales, deben tener un trato permanente con el gobierno nacional, saben que ahora, tienen frente a sí a un candidato. Demasiado tarde para arrepentirse.

Los gobernadores, embarcados en sostener el funcionamiento de sus provincias, se mueven ahora en otro contexto. Si marcan distancia es posible que no les vaya tan bien como a los que trabajen acercando votos a La Libertad Avanza (LLA).  Paradojal.

Es que el gobierno buscará fortalecer todo aquello que ayude a la reelección de Javier Milei. Quemará las naves de aquí a octubre para fortalecer su base de sustentación parlamentaria.

Puede leerse como el puntapié inicial en un partido en el que, se quiera o no, todos deberán jugar.

Sin pausa, la gestión intentará construir un esquema de poder que le permita, para consolidar la herramienta de los decretos de necesidad y urgencia (DNU), al menos obstruir el funcionamiento del Congreso. Eso le permite ceder lo menos posible y conservar el centro del ring en cualquier disputa.

Una muestra anticipada de esa lucha de mediano plazo será lo que pase esta semana en el Congreso Nacional.

Por un lado, la Cámara de Diputados deberá trabajar para darle sanción definitiva a los proyectos impulsados por gobernadores, instrumentos lanzados para obtener fondos que le permitan atender sus compromisos mínimos.

Los parlamentarios también tendrán que ocuparse de elaborar una postura sobre los vetos del Poder Ejecutivo a los aumentos para los jubilados y la declaración de emergencia en discapacidad. ¿Podrán mantener en pie estas mínimas reparaciones para sectores inmersos en la mayor debilidad imaginable?

Asistimos a una puja que busca sacudir el damero del poder, darle otro sentido. Los hechos admiten que LLA busca lograr un Congreso neutro, para sustentar los designios del poder central y seguramente, el paso siguiente, será avanzar sobre el Poder Judicial para lograr una Corte Suprema de Justicia afín. (Muy parecido a la mayoría automática de los noventa).

En la provincia

Mientras los espasmos de la disputa se extienden, los partidos políticos de Entre Ríos comienzan a construir lo que serán las ofertas electorales. Tratan de acomodarse intentando no fracasar en el intento.

Si algunos pensaban en centrarse en cuestiones provinciales, deberán esforzarse muchísimo. Lo que haga o deje de hacerse desde el gobierno nacional, va a marcar el ritmo de la contienda. No será fácil provincializar para plebiscitar lo que acontece en la administración entrerriana.

Volviendo a un análisis más general vale marcar que es llamativo como la política, por el momento, carece de confrontaciones profundas. No hay demasiados debates y los que aparecen, se apagan casi de inmediato. Destacan los especialistas en la construcción de vacíos.

Reuniones que no se anticipan y, por lo general, en ámbitos cerrados, controlables. Cada uno dice por su lado y con los suyos. El riesgo es abrir demasiado las ventanas.

Los intercambios entre potenciales candidatos o sus partidos son escasos. Tal vez están calentando motores. Se verá.

La especulación es transversal a la política y todo se congela cuando se mete el miedo asociado al desconcierto.

No pocos sueñan transitar una campaña más o menos decorosa y que, a la hora de la votación, sin hacer demasiado, las condiciones mentales del votante, junto a un contexto que no modelaron, los termine favoreciendo. Demasiado mediocre, pero pasa.

Esquivar riesgos parece ser una consigna común. Todo resulta parecido, dificultando a los espectadores establecer diferencias para elegir.

Nació el igualismo y en términos de democracia no está bueno. Nos movemos en un presente perpetuo. Como expresó hace algunos años Alejandro Katz, ensayista que sostuvo en uno de sus trabajos: “nuestra vida pública se organiza en torno a la ausencia de futuro”.

Observó (preocupación que compartimos), lo peligroso de vivir “sometidos a la repetición interminable de las formas ya transitadas de la caída y la descomposición”.  Un círculo vicioso del que es imperioso salir.

Vivir sin arriesgar

En esta campaña en ciernes, sobre cuyo final los entrerrianos deberán elegir diputados y senadores nacionales, se menciona el porvenir sin arriesgar propuestas.

Se habla del pasado, reciente o no tanto, extirpando rigurosamente de cada comentario que ocupación o responsabilidad que le cupo al dicente (si tuvo actuación pública). Y esto es absolutamente aplicable a todas las expresiones políticas que se van conformando en la provincia.

Muchos actores se corren de sus responsabilidades y, vale reiterarlo, todo el tiempo están esperando el error ajeno, como si esto fuera lo único a lo que están dispuestos. Aquello de ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio.

Se puede inferir que una de las razones que llevan a la apatía del votante, asentada en las últimas elecciones registradas en el país, es que todos los que se postulan terminan pareciendo o siendo, más de lo mismo. Igualismo.

Esta semana es importante. Se determinará qué formato usarán los actores que saldrán al escenario de octubre. El jueves 7 de agosto, de acuerdo al cronograma electoral nacional es el fin del plazo para solicitar el reconocimiento de alianzas y confederaciones que estarán en los comicios previstos para el 26 de octubre próximo.

Además, el domingo 10 de agosto la Unión Cívica Radical tiene programada una interna cerrada (solo para afiliados) para elegir quienes llevarán adelante su postura política. No es menor.

Por su lado el Peronismo entrerriano, que dejó el poder en diciembre de 2023, después de dos décadas al frente del Ejecutivo entrerriano, ya tiene candidatos y busca reinventarse. Después de ser derrotado a nivel nacional y provincial se puso en vilo su costumbre de mayoría.

En una nota aparecida en junio de este año se analizó si fueron fallos propios, infortunio o diagnósticos desacertados los que desembocaron en la caída, cuyas esquirlas siguen volando.

Conformar la oferta para octubre debe apuntar, entre tantas cosas, a volver a ser una opción para los que le dieron la espalda.

Todo esto deberá ser en un tiempo de poca participación. Generar expectativas para ganarle a la desmovilización, en una campaña que es el inicio de la presidencial de 2027 se vuelve ineludible. Todo mezclado:  unos quieren seguir, otros quieren ser, algunos volver a ser. Aportes de la de la realidad para la confusión general.

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