
Los primeros 45 minutos dejaron en claro a qué juegan los dos equipos, ya que Inglaterra, con un 4-2-3-1 flexible, tuvo desacoples defensivos y evidenció serios problemas para inquietar a Keylor Navas; mientras que Costa Rica, con un 5-4-1, se mostró sólido en todas la líneas y fue más profundo en ataque.
Si bien el técnico inglés, Roy Hodgson, puso en cancha a un equipo plagado de suplentes, el seleccionado británico, que estaba ya eliminado, repitió errores de los partidos anteriores, sendas derrotas frente a Italia y Uruguay, ambas por 2 a 1, tanto en defensa como en ataque.
Inglaterra, un elenco joven, no tuvo fútbol ni en los primeros dos juegos y mucho menos en el cierre de su participación en Brasil 2014. Ni siquiera Frank Lampard, el capitán, "salvó las ropas", y apenas Daniel Sturridge, un buen centrodelantero, mostró algo distinto al resto de sus compañeros y tuvo dos ocasiones claras, a los 12 y 34 minutos.
Costa Rica, en tanto, no lució en el juego, tuvo menos tiempo la pelota, pero la utilizó mucho mejor. El conjunto de Pinto tiene una idea de juego definida, basada en el orden táctico, presión en la mitad de la cancha y una salida muy rápida para contraatacar.
Celso Borges en el mediocampo es quien da equilibrio al equipo y Bryan Ruiz, un talentoso enganche, es el cerebro para explotar la velocidad de Joel Campbell, un atacante veloz y peligroso.
De hecho el delantero de Arsenal, de Inglaterra, tuvo una chance clara, a los dos minutos, pero su remate se fue cerca del palo izquierdo del arco defendido por Ben Foster, quien a los 23m. tuvo una extraordinaria respuesta frente a un tiro libre de Borges.
Inglaterra en el segundo tiempo fue levemente superior, dispuso de cuatro ocasiones de gol por intermedio de Sturridge (3m. y 19m.), Adam Lallana (19m.) y Wayne Rooney (34m.), pero siempre respondió correctamente Navas.
Así, los ingleses pasaron sin pena ni gloria por Brasil y Costa Rica hizo un poco más de historia: ganó el grupo y se instaló en los octavos de final, da cuenta Télam.