Foto postal.
Por Edgardo Páez (*)
Se cumplen 207 años desde que Paraná alcanzó el rango de Villa por aquella Ley del 25 de junio de 1813, cuando la Asamblea General Constituyente del Año XIII ordena que el pueblo de la Baxada del Paraná sea elevado al rango de Villa bajo la advocación de Nuestra Señora del Rosario.
Para aquel "Pago de la Otra Banda", esta fecha sintetizó un proceso histórico que puede remontarse a finales del siglo XVII y primeras décadas del XVIII. Desde que un puñado de hispano criollos, indígenas y afros, formaran parte de los curatos y "pagos" del espacio fronterizo de Santa Fe, destinado a la producción ganadera y minera en el corredor fluvial del Paraná, Buenos Aires, Santa Fe, Corrientes y Asunción.
Así comenzó a nacer paulatinamente este villorrio, que adquirió con el tiempo una mayor autonomía política y económica. Pero hay que recordar que dicha autonomía fue el logro de quienes la habitaron entonces, porque confiaron en el potencial de su tierra y en la importancia de las causas comunes y justas.
Fue el derrotero de un poblado en torno al río, a la instalación de un fuerte y el decreto de la erección del Curato del Pago de la Otra Banda del Paraná, como hecho fundacional más significativo un 23 de octubre de 1730, con el patronazgo de la Virgen del Rosario, también patrona del río Paraná, similar a otras localidades del litoral; hasta llegar a ese 25 de junio de 1813 de su elevación a la categoría de Villa. El nombramiento de su primer Alcalde recayó en el honorable Don Andrés Pazos, quien en ese entonces hizo fijar en los parajes más concurridos de la villa un cartel con el título: "Habitantes De Esta Ilustre Villa De Nuestra Señora Del Rosario De Paraná", del cual extraemos este apartado.
..."Sí amados compatriotas del Paraná. Entonces aparecerá nuestra aurora y amanecerá un día puro y risueño en el que saldréis del seno de estos inmensos desiertos que ha más de treinta años debíais haber pasado - y apreciado los representantes de esta Villa, aparecerá también la felicidad y la abundancia dentro de nuestros territorios, y no se oirán palabras, más palabras, que el amor a la justicia, a la humanidad, y a la libertad. Medios de afirmar la felicidad de los individuos y asegurar la permanente prosperidad del pueblo, observándose las leyes civiles establecidas para afianzar el objeto de la sociedad y el mayor bien posible á todos y cada uno de los ciudadanos. A vosotros toca a gran parte de este regocijo y sublime placer; preparaos unidos para la recibirla de aquella benéfica mano, como premio de vuestra obediencia y constante mérito a que os acompaña nuestro compatriota. - Andrés Pazos".
Con el tiempo vendrían otros momentos significativos para nuestra ciudad, su designación como capital de la provincia en 1822, su elevación como ciudad el 26 de agosto de 1826 y más adelante los tiempos de la Confederación Argentina cuando se estableció como capital nacional en la segunda mitad del siglo XIX hasta 1861.
Transitando el siglo XXI, a 207 años de ese hecho, las palabras de Pazos parecen resonar como una cita de cara al futuro. Es una conmemoración eminentemente cívica porque implica reconocer la capacidad de transformación de las decisiones públicas y privadas en torno a la ciudad, que es la construcción humana y colectiva por excelencia. La ciudad que es al unísono, naturaleza y cultura; es individuo y sociedad. Su historia es nuestra historia, y va dejando testimonios de ese recorrido que nos permiten reconstruir la vida, costumbres, mentalidades, alegrías, conflictos y reconocernos como parte de una comunidad con identidad. Por eso la ciudad sigue siendo la tarea en común más grande en constante movimiento. Un ejercicio que nos demanda encuentro, compromiso y el reconocimiento de todos los que la habitan y la hemos vivido con nuestro pasado cargado de historia, con un presente que nos convoca más que nunca y un horizonte de futuro posible.
(*)Arq. Mat. Caper 11676. Integrante de Grupo de Patrimonio de la Regional ONO del Colegio de Arquitectos de Entre Ríos.