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Argentina vive momentos críticos y difíciles: educar es el camino

(Foto archivo: Télam)

Por Hugo Pais (*)

Hace mucho, venimos señalando las dificultades no solo económicas y de seguridad en nuestro país, sino fundamentalmente, hay una crítica situación en el sector de la educación, por lo que muchos han comprendido, que sin educación de calidad para todos, no hay oportunidad de salida de la crisis, que en síntesis entendemos esta es fundamentalmente, una crisis ética y moral.

Por lo dicho, creo conveniente señalar algunos aspectos donde la sociedad y el poder político, deben comprender que la educación del pueblo es algo que no puede verse recortada en recursos, y que es mas educación es siempre una salida necesaria, para percibir un pueblo soberano, libre y capaz de rescatar valores. Todos debemos comprometernos en la educación del pueblo.

Creemos, sin lugar a dudas, que los docentes son la pieza fundamental y necesaria en la recuperación de la confianza en nosotros mismos, en el despegue de un pueblo que esta asombrado frente a los efectos de la crisis y de las medidas que se adoptan sin muchos consensos, que a los postres a los únicos que perjudican es a los niños, adolescentes y jóvenes que asisten a las instituciones educativas.

Sin educación, no hay paz, ni libertad. Debemos dar el paso a la grandeza de compromiso patriótico y republicano. Pensar que de nosotros todos, depende el hacer posible un modelo educativo que asista a todos y en particular no descuide a los más desposeídos. Una vez más se necesita del compromiso de los docentes.

Es necesario recurrir y afirmar ciertos principios operativos y virtuosos:

· Se necesita de una actitud abierta, humilde, en los actores del sistema educativo, humildad, - no sumisión - que abarca nuestra relación con la naturaleza y nos obliga a no transgredir las leyes naturales. Humildad que interioriza los principios naturales en la conducta personal, en las relaciones y en otros aspectos del desarrollo humano. Sin humildad no podemos crear sociedades civiles, ni servir al mundo de manera benevolente.

· La humildad es siempre camino de servicio a los demás Cuanto mayor lo sea, mayor es el logro. No puede haber beneficio para el mundo sin humildad.

El servicio se lleva a cabo de la mejor manera cuando

1) nos consideramos depositario o instrumento y

2) cuando damos el primer paso para aceptar al otro que es diferente.

El camino es por la vía de la solidaridad y cooperación.

· Recuperar el sentido de la cooperación, ello no es un mero regateo en el que el éxito de una persona se logra a expensas o gracias a la exclusión del éxito de otras.

El objetivo constante de la cooperación es el beneficio mutuo en las interrelaciones humanas; se fundamenta en el principio del respeto mutuo

Hoy Argentina, requiere del asociativismo, y en educación es preciso recuperar la formación en cooperativismo y el sentido de institucionalizar la vuelta de los padres a las Cooperadora, como artífices necesario de un acompañamiento a los docentes y alumnos.

El método puede ser tan sencillo como ofrecer una explicación, brindar apoyo, o saber escuchar.

La cooperación es posible cuando hay facilidad, no pesadez. Ser fácil significa ser sincero y de espíritu generoso.

Es importante recuperar el espíritu de UNIDAD. Ella expresa la armonía entre las personas de un grupo. La unidad se mantiene al concentrar energía y dirigir el pensamiento, al aceptar y apreciar el valor de todos los participantes y la contribución única que cada uno puede hacer y al permanecer leal no sólo el uno al otro sino también a la tarea, como respuesta eficaz de lo que los padres esperan de los educadores.

En la vida, la responsabilidad personal proviene de muchas fuentes previsibles e imprevisibles, e implica asociarse y participar, comprometerse y cooperar. La responsabilidad requiere del respeto por los derechos de todos los seres humanos. Ello conlleva prestar atención especial a todos sin discriminación. Algunos interpretan la responsabilidad como una carga y no logran verla como algo personalmente relevante. Una persona responsable persevera, no con terquedad, sino con la motivación de cumplir con el deber que y permanece fiel al objetivo.

Este tiempo, nos conmueve constantemente, por la pobreza y el hambre que hay en nuestras realidades comunitarias, de allí, que esta reflexión pretenda abrir caminos humildemente a recuperar el nosotros comunitario desde las Escuelas, restablecer la oportunidad del encuentro, el diálogo y la escucha, unir con responsabilidad, cooperar sin soberbias y ser responsables de construir una sociedad, donde valga la pena vivir, es una invitación a que juntos construyamos la esperanza.

(*) Educador. Ex rector de la Escuela Media y Superior del Centenario de Paraná; ex secretario de Educación y Presidente del CGE de Entre Ríos.

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