
Tiene un nombre, un apellido, una historia. Hace ya un tiempo que no vive en el país, como tantos otros. Cuando partió al exterior con buena parte de su familia paranaense, no sólo lo hizo para encontrar un futuro en medio de la crisis sino también para alejar esos fantasmas que lo persiguen desde que era apenas un niño, trepando hacia la adolescencia. Soñaba con ser sacerdote desde muy pequeño. Pero en el camino se le cruzó un corruptor de menores, como el ex prefecto del Seminario de Paraná, Justo José Ilarraz, y le tronchó la vida. El cura sabía en detalle de las debilidades, carencias, angustias y hasta cada uno de los problemas familiares de esos chicos que tenía a cargo en el establecimiento, en tiempos en que monseñor Estanislao Esteban Karlic era arzobispo de la capital entrerriana y ya tenía fuerte injerencia en el Episcopado Argentino. En esta nota central de la Revista ANALISIS, el muchacho cuenta lo que tuvo que vivir en el Seminario.
Además, el pacto de silencio acordado en la cúpula eclesiástica de la capital entrerriana que mantuvo las atroces violaciones ocultas durante casi 20 años. Ni Estanislao Karlic ni Juan Puíggari rompieron ese pacto de silencio por los hechos del Seminario Menor de Paraná, durante casi 20 años. Casualidad o no, los dos siguieron en ascensos sus carreras como religiosos. Karlic se transformó en uno de los 200 cardenales del mundo; Puíggari es arzobispo en la jurisdicción donde se cometió, sin dudas, quizás el hecho de corrupción de seminaristas más grave de la historia de la Iglesia. ¿Hubiesen seguido en ascenso ambos prelados si denunciaban ante la Justicia lo que escucharon de niños abusados?
En la columna de análisis político, la ruptura del bustismo. Soldados útiles para futuras guerras habla del acercamiento al poder kirchnerista de los dirigentes que hasta no hace tanto se encolumnaron detrás de la figura de Jorge Busti. Inclemente, el urribarrismo erosiona cuanto puede del bustismo. La inconstancia de los miembros del Frente Entrerriano Federal (FEF) expresa nuevamente lo provisorio de los armados electorales del peronismo, que una vez más, entonces, en el momento de los comicios generales, trasladó a la sociedad en su conjunto, para que se la resuelva, su interna. El reordenamiento desnuda ahora la renovada ficción de la pelea “interpartidaria” pero sabe la fuerza hegemónica que cuenta con la indulgencia de una sociedad dispuesta a disculpárselo nuevamente en caso de ser necesario. Por ahora la oposición no advierte en el Poder Ejecutivo un comportamiento que desnude en Entre Ríos una voluntad “recontrarreeleccionista”, como sí en el orden nacional, pero esa tranquilidad es apenas un artículo de fe. El oficialismo se acerca a los votos imprescindibles para una eventual reforma porque la Constitución nada dice acerca del carácter impresentable de ciertos diputados ahora dispuestos a votar a favor de una nueva modificación de la carta magna. La anterior, dicho sea de paso, aguarda aún que algunos de sus institutos sean reglamentados.
Páginas más adelante, El sueño del negocio propio: dos militares que viven en Paraná fueron denunciados por vender el terreno de una asociación, valiéndose, presuntamente, de una asamblea falsa de socios. Sin embargo, el juez Héctor Vilarrodona consideró que no hubo perjuicio en la operación y los sobreseyó. Los socios sostienen que la Justicia no reparó en el uso de un instrumento falso para ejecutar la venta, al tiempo que dicen que el terreno se vendió por mucho más dinero que por el que se compró y que la diferencia habría quedado en estos dos militares denunciados. Otros dos socios sostienen que la venta es ilegal, pero en ese terreno ya fue construida una vivienda que habita –comprada de buena fe– la vocal del STJ, Claudia Mizawak.
En la edición de este jueves, un reportaje a Cristina Cremer. “A Jorge Busti siempre lo han traicionado”, definió la diputada nacional por el Frente Peronista, Cristina Cremer de Busti. En una entrevista con ANALISIS, sintetizó el modo en que Urribarri continua comprando políticamente a dirigentes políticos, ahora del FEF. Habló de traiciones y aprietes, dijo que no se siente cómoda siendo diputada nacional porque está sujeta a la prepotencia de las mayorías y que ya es hora de dejar el lugar a gente con nuevas ideas. Aseguró que el FEF no se está desgranando sino cambiando de referentes y que, pese a todo, en el 2013 van a presentar candidaturas. Estuvo de asado con De la Sota y aclaró que apoya el voto a los 16 años con reservas, y de hecho se mostró contraria a la re re de Cristina Fernández. Contó por qué dejó de apoyar a la Presidenta y habló de Macri, Carrió y Binner. Advirtió que la multitudinaria marcha realizada días atrás rompió con la barrera del miedo y que en Entre Ríos no existe la libertad de expresión.
También, un informe sobre los trabajos de IIRSA y Cosiplán, las empresas que conciben las grandes líneas del “desarrollo” de la provincia de Entre Ríos en su región. En general saben poco y nada de estos organismos que, a la manera de los dioses, están en todos lados y se tornan invisibles ante el pueblo. En esta nota, algunas líneas para conocer quiénes planifican el país del futuro, con qué propósitos, cuáles son sus prioridades, por qué son motivos de sospecha y cuáles son los dos ejes que inciden en el futuro de los vecinos y los tienen, sin embargo, de espectadores.
Además, en la sección de información general, la polémica por el carnet único: comenzó a implementarse en Paraná la licencia única de conducir. El esquema plantea nuevos requisitos y exámenes para obtener el carnet habilitante, en sintonía con la Ley Nacional de Tránsito. Si bien las medidas aportarían mayores condiciones para la seguridad vial, la Asociación Entrerriana de Oftalmología mostró su desacuerdo con que los profesionales que agrupa hayan sido dejados de lado para hacer las evaluaciones visuales. Desde el municipio se desestimaron las críticas y se dijo que las pruebas médicas son mayores. De los 245 pesos que cuesta un nuevo carnet, 100 quedan para costos administrativos y el resto para la empresa que aporta el sistema. El privado destina 80 pesos por cada aspirante que atiende un total de siete galenos que supervisan los resultados de los test.
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