De ANALISIS DIGITAL
Quizá sea porque para los militantes de las fuerzas de izquierda, ver a la gente en las calles siempre le genera un sentimiento positivo. Quizá porque aquellos sectores que salieron a la calle por única vez en la historia en aquel momento, hoy han recuperado su condición de defensores de las instituciones. Los motivos pueden ser varios, pero lo cierto es que a 14 años del denominado Argentinazo, sólo las fuerzas de izquierda convocan a recordar los hechos de finales del 2001.
A raíz de la decisión del entonces ministro de Economía -y hoy defensor del gobierno de Mauricio Macri- Domingo Cavallo que instauró el corralito que retenía el dinero de la población en los bancos en post de sostener la crisis bancaria, se generó una revuelta en todo el país que se convirtió en el suceso popular más grande de los últimos tiempos. La represión del entonces gobierno de Fernando De la Rúa causó casi 40 muertos que se sumaron a aquellos que murieron por consecuencia de un modelo económico que, con matices, se mantiene vigente en su matriz económica.
El saqueo de los recursos de un país rico es el común denominador entre aquellos años 90, la década kirchnerista y se prevé lo mismo para el gobierno del actual presidente Mauricio Macri. Grupos internacionales como Monsanto, Carghill, Mastelone, Barrick, Shell, entre otros; se suman a otros tantos pertenecientes a la burguesía nacional que han gobernado, con matices, desde el retorno de la democracia.
Si bien en aquel 2001 todo pareció caminar hacia una crisis estructural del sistema representativo, los sectores populares no lograron articular una salida que profundice el sistema democrático y con el correr de los años, quienes fueron responsables de aquellos acontecimientos, fueron retomando sus lugares de poder.
Hoy la democracia representativa goza de buena salud. Los partidos políticos tradicionales han tenido que mutar en alguna de sus formas, pero han logrado reestablecer su hegemonía a través de alianzas con sectores progresistas (el PJ) y sectores de la derecha (como hizo la UCR con el Pro). Quizá ese sea el motivo por el cual el Argentinazo no es tan recordado por los dirigentes que mantienen los lugares de poder.
Sin embargo, en su escueto rol de mantener encendida la resistencia, la izquierda año tras año busca sostener el recuerdo de la revuelta de 2001. El sistema capitalista se alimenta de crisis en crisis, pero el diagnóstico de la izquierda -con sus matices- es que ese proceso de acumulación de catástrofes derivará, tarde o temprano, en el colapso del sistema que rige a nivel mundial. Aquel 2001 provocó un estallido de magnitud, pero el pueblo y la ausencia de la capacidad de dirección de los partidos políticos del progresismo y la izquierda, permitieron la restauración de los partidos tradicionales.