En medio de las discusiones sobre el diferendo bilateral que enfrenta a Uruguay con Argentina por la instalación de las pasteras en Fray Bentos, el gobierno de Tabaré Vázquez ordenó un monitoreo unilateral en dicha localidad, ante la negativa del gobierno argentino de ejercer una fiscalización conjunta. Los primeros relevamientos se realizaron la semana pasada, aunque el resto de los ejercicios en cuestión estarán a cargo de la Dirección Nacional de Medio Ambiente (DINAMA) y se centrarán sobre las aguas uruguayas. Pese a que la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU) binacional ya había previsto y presupuestado tareas conjuntas, no intervendrán organismo argentinos.

La labor se desarrollará en coordinación con la Dirección Nacional de Agua y Saneamiento (DINASA), la Dirección Nacional de Recursos Acuáticos (DINARA) y el Servicio de Oceanografía, Hidrografía y Meteorología de la Armada de Uruguay (SOHMA).

Según informaron voceros de la DINAMA “este trabajo se hacía, históricamente, junto a organismos argentinos con competencia en el tema, en campañas coordinadas a nivel de la CARU. En esta oportunidad, sin embargo, las dos agencias del vecino país que debían participar en este trabajo -a último momento- declinaron hacerlo”.

No obstante, pese a la negativa argentina, las autoridades uruguayas decidieron no demorar los controles. “Para evitar que se discontinuara el control ambiental del río, el gobierno uruguayo resolvió realizar el trabajo de cualquier manera, aunque por razones de competencia los relevamientos se harán sólo en aguas uruguayas”, se indicó. Además, se destacó que la primer campaña de relevamiento fue efectuada la semana pasada.

Los controles de calidad de agua en el río Uruguay comenzaron a realizarse en 1987 a través del Programa de Prevención y Control de la Contaminación (PROCON), encargado de verificar el estado de las aguas desde Bella Unión hasta Nueva Palmira.

El año pasado se incorporó el Programa de Monitoreo de la calidad ambiental del río Uruguay en las áreas de Plantas de Celulosa (PROCEL), que focalizaba su atención en la zona de Fray Bentos, donde se instalarán los emprendimientos industriales de la finlandesa Botnia y la española ENCE. La rigidez de la postura argentina al respecto determinó que ninguno de estos dos programas haya sido ejecutado este año.

“La idea del PROCEL era contar con toda la información del estado del río, previo a la puesta en funcionamiento de ambas plantas. Este año, pocos días antes del inicio de los trabajos de campo, las entidades argentinas que debían participar comunicaron su retiro. Convencidas de la importancia de contar con estos relevamientos, las autoridades uruguayas asumieron la tarea de realizar las mediciones aunque fuera unilateralmente”, informó la DINAMA a través de un comunicado oficial que reproduce el sitio digital adnmundo.com.

Esto implica que, por un lado, el costo total del trabajo debe ser absorbido por Uruguay y, por otro, determina que no se contará en esta oportunidad con datos de la margen argentina del río, ya que las agencias uruguayas no pueden operar en aguas argentinas sino a través de la CARU.

El programa que está liderando la DINAMA actualmente implica el muestreo del agua entre Las Cañas (kilómetro 80 del río Uruguay) y la isla Zapatero, aguas arriba de M’Bopicuá (kilómetro 115 del río), tanto en la costa como en el límite territorial uruguayo del río, a nivel superficial y, en algunos casos, en profundidad.

Los monitoreos abarcan por un lado aspectos fisicoquímicos del río, lo que incluye a los sedimentos, y parámetros biológicos con análisis sobre mejillones, cangrejos, sábalos y otras especies de peces.

El plan de trabajo implementado por la DINAMA prevé tomar muestras en estas estaciones cada dos meses. Los análisis se realizarán en laboratorios uruguayos y extranjeros, para brindar mayores garantías.