Wagner acusado por la muerte de su esposa Verónica Manzanel, en la ciudad de San Jorge -departamento San Martín-, quedó procesado como autor por el delito de “homicidio agravado por el vínculo”. La Justicia confirmó la prisión preventiva que venía sufriendo y le trabó un embargo por $ 100.000, informó El Litoral.
La resolución la dictó el juez Tristán Régulo Martínez, temporalmente a cargo del Juzgado Correccional y de Instrucción de San Jorge, que se encuentra vacante como consecuencia del pase al Ministerio Público Fiscal del juez Eladio García. El escrito que lleva la firma de Martínez y del secretario Penal Eduardo Bernacchia, data del 28 de abril y se encuentra firme.
El hecho se remonta al viernes 4 de marzo, cuando en horas de la tarde la policía tomó conocimiento de un incendio iniciado en una vivienda de calle Santa Fe Nº 2071 San Jorge. Los primeros en llegar al lugar se encontraron con un cuadro dramático y desconcertante, ya que primero auxiliaron a un hombre, que no era otro más que Wagner, quien con algunas quemaduras en el cuerpo confesó espontáneamente que había quemado a su mujer.
En medio de un cuadro desesperante, uno de los efectivos recorrió la casa tratando de dar con la víctima, pero sus gritos fueron sofocados por el humo y nadie contestó a su incierta búsqueda.
Antes de la llegada de la ambulancia, que lo derivaría con quemaduras graves a un hospital público y luego al Cullen, Wagner, que estaba todavía lúcido, relató que “quiso asustar a su ex mujer”. Contó que “la roció con tiner, asustándola con un papel encendido dentro del dormitorio”, para finalmente revelar que “en un momento dado ella comenzó a arder” sobre la cama.
La historia que saltó a la luz pública por lo aberrante del desenlace, habría comenzado mucho tiempo atrás, cuando Wagner y su esposa comenzaron a llevarse mal y a distanciarse hasta estar prácticamente separados. Sin embargo, el matrimonio compartía el mismo techo por el apremio económico que significaba mantener dos hogares diferentes.
La pareja tenían tres hijos, de 17, 13 y 8 años, la última de ellos testigo fundamental en el crimen de su madre. La menor era la única que se encontraba en la casa cuando comenzó la discusión y sus padres se encerraron en el cuarto para no ser oídos. Contó que su mamá había terminado de bañarse y que se había ido a acostar cuando Wagner comenzó a hacerle reproches.
Claro que el propio Wagner intentó una defensa en la que si bien reconoce el crimen, jura que sólo tuvo la intención de asustarla, y relató que lo hizo acorralado porque ella lo amenazaba con irse a Mendoza con los chicos.
Todas las versiones coinciden en un punto y es en la consumación del acto criminal dirigido contra Manzanel. A la versión que la nena de 8 años relató a vecinos y familiares, se suman los elementos objetivos de la causa: no había otra persona en el domicilio, del que se secuestró una botella de tiner y una antorcha de papel quemada.
Si bien Wagner sufrió quemaduras por las que permaneció un mes internado, nada indica que haya intentado quitarse la vida, sino que en la lucha las llamas también lo alcanzaron a él, pero logró salvarse.
Antecedentes
Una de las hermanas de la víctima le contó al juez cuál era el trato al que estaba sometida Verónica Manzanel, antes de que la historia tuviera este final. Entre las acusaciones más graves, la mujer le habría contado a su hermana que Wagner “la obligaba a mantener relaciones, que la maltrataba psicológicamente, que varias veces le pegó y que ella no se animaba a hacer la denuncia por miedo”.
También contó lo traumático de tener que compartir la vivienda a pesar de que los lazos personales se encontraban quebrados desde hacía tiempo. A propósito, se reprochó no haber insistido para que se separasen: “Muchas veces le había dicho, pero Wagner no quería saber nada”, dijo.
A tal punto estaban mal, que desde noviembre del año pasado “cada uno hacía su vida” y su cuñado “salía de joda y se gastaba toda la plata”. Fue por eso que Verónica comenzó a trabajar y a salir más seguido con sus amigas.
Datos
Durante el primer cuatrimestre del año se registraron al menos diez feminicidios en la provincia de Santa Fe, según un relevamiento de la ONG rosarina Indeso. La cifra --que representa un 10 por ciento de todo el país-- es alarmante si se tiene en cuenta que en todo 2010 hubo 23 casos. Santa Fe está cuarta en cantidad de casos en el país, en una lista que encabeza Buenos Aires, seguida por Misiones y Mendoza. Las mujeres asesinadas por sus parejas o ex parejas continúa en aumentando.