Por Fedra Venturini
(Especial para ANÁLISIS)
Este jueves por la mañana se desarrolló en el Tribunal Federal de Paraná la audiencia en el marco de la causa contra Juan Martín Morales, el narco que había escapado de la sede de la Policía Federal de Concordia y fue aprehendido con nueve ladrillos de droga. Este lunes se realizará la audiencia de alegatos.
Durante la instancia declararon siete testigos, tres civiles y cuatro uniformados, además de que declararon tanto Morales como uno de sus amigos, de apellido Fontán, quien también había sido detenido durante el procedimiento que tuvo lugar en abril de este año.
Al momento de declarar, Morales explicó que había acudido a la vivienda de Fontán, ubicado en calle Musetti entre Concejal Veiga y Perú del barrio Lavardén, con el objetivo de llevarle a arreglar una moto: “En su domicilio estuve dos días, no es un lugar donde residía. Recordamos viejos tiempos y ahí se demoró mi estadía en ese lugar”, declaró el imputado a la hora de explicar por qué estaba en el lugar donde fue detenido y comentó al fiscal que había alquilado un departamento mediante una plataforma turística en la calle Montevideo, también en Concordia, donde allí manifestó que permanecía la mayor parte de su tiempo. Por otro lado, también aclaró: “Nunca mencioné mis problemas con las autoridades, él de buena fe me ofreció arreglar mi motocicleta”.
Asimismo, mencionó que las pertenencias halladas en el patio del domicilio le pertenecían, incluso un bolso que contenía los nueve ladrillos de marihuana: “Me hice cargo desde el primer momento”, afirmó. En la misma línea, destacó que la balanza encontrada durante el operativo, que se encontraba en la habitación que habría ocupado Morales por una noche, “pertenece a la señora de Fontán, ya que ella se dedica a elaborar panificados para subsistir”.
La audiencia tomó un giro inesperado cuando el fiscal general José Ignacio Candioti consultó al imputado los motivos de su fuga de la Delegación Concordia de la Policía Federal Argentina: “No sé si es un justificativo, pero tenía que estar en los 15 años de mi hija, yo le había dado mi palabra y mirando la ley sabía que iba de un mes a un año la evasión, así que lo hice”.
En otra línea de su declaración, destacó que consume marihuana con el objetivo de calmar múltiples dolencias en su cuerpo. Además, detalló que sustentó sus meses prófugo mediante “cobrar viejas cuentas y vendió dos autos de su propiedad”.
A su turno Fontán, el hombre que también fue detenido e imputado por el delito de encubrimiento durante el allanamiento donde se aprehendió a Morales, prestó declaración y además respondió preguntas de las partes. Al igual que su amigo, el imputado brindó una respuesta curiosa cuando se le consultó si sabía que el narco estaba prófugo de la Justicia: “No sabía, tengo la televisión quemada y tenía dos celulares chiquitos, un Nokia 1100 y un Samsung de los viejos, que se usan con botones”.
La palabra de los testigos
Quienes fueron convocados a declarar como testigos fueron tres civiles, entre ellos el padre de Morales, así como cuatro de los efectivos policiales que intervinieron en el allanamiento. Allí, las partes les consultaron a los uniformados por los detalles del procedimiento y por lo que se halló en cada una de las partes de la casa de barrio Lavardén.
Durante un punto de la audiencia uno de los interrogados, el jefe de la División de Investigaciones de Concordia Miguel Alberto Martina, recibió una consulta del propio Juan Martín Morales -un derecho que también tienen los acusados en los procesos legales- donde le inquirió si la División Investigaciones había enviado una camioneta modelo Amarok color azul Francia al departamento de calle Montevideo para constatar su presencia en el lugar. No obstante, Martina manifestó: “Ni en la división a mi cargo ni en la Departamental se tiene un vehículo de esas características, sólo tomamos conocimiento del posible paradero de Morales el día anterior al allanamiento”.
El debate continúa el próximo lunes, con los alegatos del fiscal Candioti y de los abogados defensores. Luego, el presidente del TOF, Roberto López Arango, dará a conocer el veredicto.
El caso
Se recordará que Juan Martín Morales, de 33 años, escapó de la Delegación Concordia de la Policía Federal Argentina al limar los barrotes de la celda donde se encontraba. Seguidamente, se dirigió a la calle donde lo aguardaba una mujer en motocicleta y de allí se le perdió el rastro hasta el 30 de abril de este año, cuando la División Investigaciones de Concordia recibió la información de su posible paradero y, posteriormente, fue capturado. Además, los efectivos policiales constataron la presencia de casi siete kilos de marihuana distribuidos en nueve “ladrillos”. Por otro lado, habían sido detenidas dos personas: Fontán, de 43 años, y su pareja, una mujer de 44 años.
Morales es conocido en el ambiente judicial concordiense al ser que hace una década está en el negocio de la droga en Concordia, por lo cual arrastra dos condenas en la provincia de Misiones, por transporte de marihuana y cocaína.