Cuando se dispuso el precio de 4,20 dólares a fines de julio, se estimó que el tipo de cambio se iba a ubicar en 30 pesos durante el trimestre agosto-octubre, lo que daba un valor de 126 pesos por millón de BTU. Si se toma un pronóstico muy cauto de un dólar a 40 pesos para el período noviembre-enero, el precio del gas que se licitó será de 147,6 pesos, un 17 por ciento más que el vigente hasta ahora.

Hay que ver en la práctica cómo se traslada ese aumento al precio de la energía. Esto es así porque las ofertas recibidas son por gas interrumpible, es decir que se puede cortar si hay otras prioridades, y resta saber el precio del producto en firme para asegurar la generación eléctrica desde el 1 de noviembre al 31 de enero.

Según informó Ámbito Financiero, el precio mayorista de la energía se ajusta, según el marco regulatorio dispuesto durante las privatizaciones realizadas en la década del '90, en el mes de mayo al principio de la temporada invernal, y en noviembre cuando empieza el verano. Si el ajuste resultó excesivo o insuficiente, puede modificarse en agosto y en febrero.

Este año, el precio de la energía se ajustó en febrero, se mantuvo en mayo, volvió a subir en agosto, y ahora se anuncia otro aumento a partir de noviembre.