(De ANÁLISIS)

Los dos prófugos por el asesinato de Gustavo “Petaco” Barrientos estuvieron detenidos en la ciudad de Buenos Aires desde el 28 de noviembre hasta el 15 de abril. Pero habían dado otros nombres, por lo que ni el fiscal de Diamante Gilberto Robledo ni la División Homicidios de la Policía de Entre Ríos sabían que los habían arrestado. La semana pasada escaparon en uno de los casos que escandalizó a la capital federal y ahora están prófugos nuevamente. Un caso que revela errores en la identificación de detenidos y en el cruce de información a nivel nacional en materia criminal.

Barrientos fue asesinado el 18 de febrero de 2023 en su casa quinta de Colonia Ensayo, durante una salida socio familiar de la cárcel, en lo que se consideró una operación quirúrgica del sicariato, con al menos nueve participantes.

En medio de esta compleja investigación, surgieron en la escena del crimen los rastros de dos personas con vínculos con el delito y provenientes de donde se sospecha que era la banda encargada de matar a tiros al exjefe de la Barra Fuerte de Patronato.

Se trata de Diego Germán Costa y Juan Sebastián Gomila Bordiga, quienes residían en Laguna Paiva, al norte de la ciudad de Santa Fe. Cuando se realizaron los allanamientos a inicios de septiembre, no los encontraron. Sus presuntos vínculos con policías de la vecina provincia acrecentaron las sospechas de que tenían información sobre que iban a detenerlos.

La búsqueda continuó, mientras los investigadores presentían que iban a caer en algún momento en un hecho delictivo, en una pelea, en un control vehicular o en un robo, por ejemplo. Y justamente algo de eso ocurrió, salvo que no se habían enterado.

Según se informó a ANÁLISIS, Costa y Gomila Bordiga continuaron juntos. El 28 de noviembre del año pasado fueron detenidos en Buenos Aires por portación ilegal de arma de fuego de uso civil. Iban junto a una mujer, y quedaron alojados en la comisaría vecinal 12C de Villa Urquiza.

Al momento de ser identificados, dieron otros nombres: Costa dijo que se llamaba Mauricio Javier García y Gomila Bordiga dijo que era Dylan Bordiga.

¿Por qué en la identificación fehaciente mediante los sistemas y técnicas correspondientes no permitió que se supiera quiénes eran? ¿La Policía de la Ciudad de Buenos Aires les habrá tomado las huellas dactilares? Si lo hicieron ¿remitieron las fichas al Registro Nacional de Reincidencia? Si las enviaron ¿Qué hizo este organismo para no advertir que se trataba de dos personas con pedido de captura nacional e internacional?

Muchas preguntas sin responder.

Gomila Bordiga y la mujer fueron liberados, mientras que Costa permaneció detenido.

El lunes 15 de abril a la madrugada, Costa y otro preso violentaron los barrotes de la reja de la celda en la que se encontraban y se fugaron, según se informó. Los policías se dieron cuenta recién en el conteo de los detenidos. Había sido la cuarta fuga en dos semanas en comisarías de la capital federal.

Los investigadores de Homicidios se enteraron leyendo una noticia en un medio de Buenos Aires, miraron la foto del prófugo “García” y en seguida reconocieron a Costa. No lo podían creer. El fiscal, menos.

Ahora la investigación continúa igual, no cambia nada ya que se pensaba que los prófugos estaban prófugos. Solo con la sensación de que se podría haber avanzado mucho de no haber existido esos errores en Buenos Aires.