El volante de Colón de Santa Fe, Iván Moreno y Fabianesi, explica el porqué de sus rastas: "Era una idea que tenía desde chico". Mucho verde, pero sin hierbas raras. "La filosofía rastafari no va conmigo. Sólo me gusta el look", dice. El pasado domingo en Bahía Blanca volvió al gol ante Olimpo.

En la casa del barrio Candioti suena No woman no cry. Bob Marley está a full en la compactera. Ismael acaba de llegar del Jardín, lo abraza a su padre y le toca el pelo. No termina de asimilar lo que tiene en la cabeza su viejo. Pero en fin, es su papá y le da un beso con ternura.

El dueño de esa cabeza, con cabellera endemoniada que delata un poco de cera seca que no termina de caer, es Iván Moreno y Fabianesi.

Hace una semana se hizo las rastas y, sin importar lo que le digan, está feliz. "Es una obsesión que tenía desde chico. Pensaba en dejarme el pelo largo para tenerlas. Vi mucha gente que las tenía, me gustaba la onda y listo. Siempre pensé en hacérmelas y, bueno, acá están", dice.

Redemption song. Se resiste a mostrar su nuevo look para las fotos ("los vagos me van a gastar como loco", asegura). Pero es indudable que en el volante sabalero pega Jamaica como loco. "Me inspiré en Bob Marley", asegura entre risas.

Aunque la onda rastafari no va con su forma de ser. "No es compatible para nada conmigo, más allá del pelo. No los juzgo ni me pongo a pensar sobre su filosofía, pero no va con la mía. Sí me gusta mucho Bob Marley y de ahí nació esto de las rastas. Pero he tenido amigos en Inferiores o fuera del fútbol que las tenían y me gustaban, por eso me las hice", cuenta.

—¿Qué repercusiones tuviste?
—Mi señora, cuando me conoció sabía que tenía esta idea, que en algún momento la iba a concretar. Y ahora le gusta, se la aguanta. Mientras no tenga olor, está todo bien. En cuanto a mis compañeros, a algunos les gusta y a otros no, pero mientras me guste a mí... De quien esperaba un comentario o una cargada era del Coco Basile, pero no me dijo nada. Sí me chicaneó un poco el Panadero Díaz, su ayudante de campo: "Báñate", me gritaba apenas me vio en la práctica.

—¿Te dijeron que las personas que se las hacen son sucias?
—¿Mugriento yo? Nooo, para nada. Está bien, es verdad que se pueden hacer con mugre. Si no te bañás se te terminan haciendo solas las rastas. Pero no es mi caso. Lo que cree toda la gente es eso, que no me baño o que parecés un sucio. Pero yo me baño todos los días, me limpio con jabón y me lavo el pelo con shampoo. No tienen olor ni necesitan un lavado especial.

Estreno con suerte. En Colón no les interesa ni por asomo las hierbas ni nada relacionado con ellas. Pero si algo reina en el grupo es la buena onda. Todos amigos, tirando para adelante con la unión que le mete al grupo el Coco Basile. Iván hace hincapié en que eso los llevó a salir de la dura situación que vivieron, ante la falta de resultados, y que casi saca al DT.

"Es el mejor grupo desde que estoy en Colón y no lo digo por verso, nada que ver", afirma. Y sin dudas, el nuevo corte le aportó algo extra: gol. "Sí, por fin llegó. Y vino como tenía que ser, con un rebote y buscándola. Estaba ansioso", asegura.

—¿Las rastas se acaban si llegan a ganar el título?
—La idea es dejármelas un tiempo largo. Salvo que salgamos campeones. Si damos la vuelta, no prometo nada. Esperé tanto para hacérmelas que no me las voy a quitar ahora. Si me las tengo que cortar me mato (se ríe). Pero todo sea por un título.