
Según el parte de prensa de la fuerza, a raíz del tenor de la noticia, la persona que recibe el llamado padece un estado de shock, mientras del otro lado una voz masculina o femenina empieza a consultarle si sabe o no dónde está su familiar.
La maniobra se completa cuando la persona que realizó el llamado comienza a decirle a su víctima que en verdad el familiar se encuentra secuestrado. Incluso la coartada se refuerza con todo tipo de amenazas, además de intimidaciones para que el vecino afectado no dé aviso a la policía.
“Una vez logrado el pánico, le exigen que para que su familiar sea liberado sin ninguna clase de lesión o maltrato, realice en forma rápida y ágil la compra de numerosas tarjetas telefónicas, quedando en llamarlos posteriormente, destacando que los montos de gastos en tarjetas telefónicas son variables, así como también exigiéndoles la compra de tarjetas de varias empresas de telefonía celular (Claro, Personal, MoviStar)”, prosigue el texto.
A la vez señala que “pasado un tiempo, que es normalmente lo que le puede llevar a la persona salir de su casa a comprar estas tarjetas, éstas personas desconocidas vuelven a llamar al teléfono fijo, y ahí de a una por vez le van pidiendo que les pase las numeraciones de las tarjetas telefónicas. Finalmente la víctima toma conocimiento de alguna manera, ya sea porque el familiar regresa, o porque lo llama, o por que los mismos individuos desconocidos le informan, de que el secuestro fue virtual, es decir que nunca existió. Para este entonces el damnificado sufrió la pérdida económica que le llevó la compra de las cuantiosas tarjetas telefónicas y obviamente pasó por un momento crítico”.
La Policía recomendó tomar medidas preventivas ante este tipo de prácticas, “cersiorándose fehacientemente en todo momento del lugar en el que se encuentran los familiares, como así también en caso de ser víctima de un hecho de la clase citada dar inmediato conocimiento a la dependencia policial más cercana”.